Los milagros de Jesucristo.
(Historia Biblica para niños. 97)
Un milagro es un suceso o algo que ocurre basado en un concepto dado a un hecho muy inusual que se cree que es sobrenatural y se atribuye a la intervención divina ya que científicamente no tiene una explicación razonable de cómo sucedió el acto o la acción realizada, es decir, un “hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”. [Diccionario de la Lengua Espanola, Vigesimosegunda edición].
Dios le concedió a su Hijo un don sobrehumano que le permitió realizar numerosos milagros, muchos de ellos ante multitud de testigos. En el evangelio de Lucas capítulo 5, versículo 17 se nos aclara cuál fue ese poder que Dios le concedió: “Y el poder de Jehová [su espíritu santo] estaba con él para hacer curaciones”. Por lo tanto, ese poder para hacer milagros no era propio de él, sino que Dios se lo otorgó para realizarlos a través de su espíritu santo. De esta forma, Jesucristo demostró que era capaz de vencer a los eternos enemigos de la humanidad. He aquí algunos ejemplos sobre cómo él actuó en contra del hambre, la enfermedad, los desastres naturales, los espíritus malvados y la muerte.
El hambre: El primer milagro de Jesucristo, convertir agua en vino, demostró su capacidad para proporcionar comida y bebida en abundancia. En otras dos ocasiones multiplicó unos pocos panes y pescados para alimentar a miles de personas. En ambos casos hubo comida de sobra. [Juan 2:1 al 11]
La enfermedad: Cristo curó a personas que sufrían “toda suerte de dolencias y toda suerte de mal” [Mateo 4:23] Sanó a ciegos, sordos, lisiados, leprosos y epilépticos. En realidad, su poder curativo no tenía límites.
Los desastres naturales: Cierta noche, mientras Jesucristo y sus discípulos navegaban por el mar de Galilea, se desató una terrible tormenta. Los discípulos se asustaron mucho, pero Jesucristo sencillamente alzó la vista al cielo y clamó: “!Silencio!, !calla!”. De inmediato, se calmó el temporal [Marcos 4: 37 al 39] En otra ocasión caminó sobre las aguas durante una tempestad [Mateo 14: 24 al 33].
Los espíritus malvados: Estos espíritus, conocidos como demonios, son infinitamente más poderosos que nosotros. De hecho, han acosado a numerosas personas, y muchas no han podido hacer nada para quitarcelos de encima. Sin embargo, Jesucristo no les tenía miedo. Al contrario, eran ellos los que temblaban ante su presencia y lo obedecían al instante cuando les ordenaba que dejaran en paz sus víctimas.
La muerte: Este adversario, al que la Biblia llama “el último enemigo” nos vence a todos [1 Corintios 15: 26] No obstante, ni siquiera la muerte fue un obstáculo insalvable para Cristo, pues él le devolvió la vida al hijo de una viuda y a una muchachita. Pero el caso más sobresaliente es el de su amigo Lazaro, quien llevaba muerto 4 días cuando Jesucristo lo resucitó delante de una gran multitud. Hasta sus peores enemigos tuvieron que reconocer el poder que tenía Jesús. [Juan 11: 38 al 48 y 12: 9 al 11].
Ahora bien, con el tiempo, las personas a quienes Jesús ayudó enfermaron y murieron. Entonces, ¿de qué sirvieron todos estos milagros?. Sirvieron de mucho, pues probaron que las emocionantes profecías sobre el reino de Dios tenían fundamento. Es indudable que el rey nombrado por Dios, Jesucruistro,A acabará con el hambre, las enfermedades, los desastres naturales, los demonios y hasta la muerte. [Apocalipsis 21: 3, 4]. Está claro que Jehová Dios le ha otorgado el poder para lograrlo.
En los cuatro evangelios, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, puedes encontrar muchos más ejemplos de los milagros realizados por Jesucristo y que muy pronto se realizarán nuevamente a escala mundial porque ese Reino de Dios, que pedimos en la oración conocida como el padre nuestro, vendrá sobre toda la tierra habitada para eliminar todas las obras del Diablo y establecer un mundo lleno de paz y de felicidad. Por qué estamos tan seguros de que esto va a ocurrir?. Porque Dios mismo lo ha prometido. En el siguiente texto bíblico encontramos razones para confiar en la promesa de Jehová Dios sobre la tierra convertida en un Paraíso: “El que estaba sentado en el trono dijo: “!Mira!. Estoy haciendo nuevas todas las cosas’. También dijo: ‘Escribe estas palabras, porque son fieles y verdaderas’. Y me dijo: ‘!Ya se han hecho realidad!’”. [Apocalipsis 21: 5, 6] Para Dios, ya es una realidad porque él siempre cumple lo que promete…!