Todo comenzó, al menos para mí, pocas horas antes. Contemplaba el retrato de mi abuelo -que siempre estuvo sobre la mesa de noche- y, de pronto, el retrato y la mesa se convirtieron en una foto del retrato sobre la mesa.
Sin comprender, salté de la cama y el cuarto se redujo a una foto del retrato, la mesa y la cama. Salí corriendo a la calle, miré mi casa y la casa se hizo una foto de la casa. Retrocedí aturdido y las fachadas de todas las casas de la calle se transformaron en una gran foto, un gran mural, ante mis ojos.
Empecé a correr hacia el Sur, sabiendo que el gran plano iba ganando terreno atrás. Intenté escabullirme al dar la vuelta a la esquina. Me arrojé de espaldas al edificio pretendiendo verme cubierto por el ángulo recto que allí se formaba. Pero fue tarde. Resbalé al sentir que la esquina se hacia un plano y el edificio una foto en perspectiva. Fué así como quedé estando aquí.
Te equivocaste de categoria, ya que suena a ficcion.