Complejo subterráneo de la Antártida.
Todo estaba en silencio. Del fondo de un oscuro pasillo, procedía una tenue luz blanquecina. Cuanto más cerca se estaba de esa luz, mejor se oía el desquiciante tintineo de un grifo o ducha mal cerrada. De pronto, unas palabras en alemán rasgaron la tranquilidad de las estancias, y acto seguido se escuchó un ruido, similar al de un chorro de agua a presión. Un grito siguió al ruido.
Alguien estaba siendo torturado.
- Eric Salaui, musulmán bosnio y alto mando de una guerrilla durante el conflicto de los Balcanes. Desde hace un año, Basil Radnek, ciudadano checo.
El que hablaba, un rubio con camisa blanca, miró con falso gesto de admiración al que sostenía la manguera. Después clavó los ojos en Salaui, el cual estaba desnudo y tumbado contra la pared. Tiritaba como un pollito.
El rubio le lanzó con violencia el carnet falso que había utilizado para pasar desapercibido. Después le ordenó al otro que le rociara con la manguera.
- ¡Basta nazis miserables!¡No diré nada!. Aunque me matéis, la Gram sólo servirá a los intereses de la Guerra Santa.
- Hans.....
El aludido abrió de nuevo la manguera. Salaui gritó desgarradoramente mientras chocaba una y otra vez contra la pared.
- Escucha perro, puedes habernos engañado, incluso puedes habernos arrebatado lo que es nuestro, pero ni por un momento dudes que vamos a salirnos con la nuestra. Además, ¿no ves que vuestra causa está incluída en la nuestra?. ¿No lo habíais pensado verdad?. Inútiles.....
Al decir esto escupió al bosnio.
- El pasado ya no importa. Lo importante es el presente, lo que estamos viviendo ahora. Vuestra causa es absurda. Dejad que nos quedemos con la Gram.
El rubio se echó a reir a carcajada limpia.
- ¡Ya basta de estupideces!. ¿Nos dirás para quién trabajas?, ¿para los iraquíes?, ¿para los palestinos?,.....¡contesta!.
- Es más que eso, es el ejército santo del Islam, y pronto alcanzará la victoria contra su mayor enemigo. Sus soldados son invisibles como el viento y viven en muchas naciones de nuestra fe, aguardando la llamada de Alá.
- ¿Una organización internacional dices?, umm. Veo que el adversario es digno de nosotros. Me gustará hablar con tus líderes. Hans, dale ropa a este insecto, vamos a dar un paseo.