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+ Un Toque De Melancolía +

+UN TOQUE DE MELANCOLÍA+

Que extraños sentimientos pueden surgir de la nada. Que inusuales sensaciones suelen nacer cuando nos encontramos en las más absolutas soledades. Una cosa que puedo asegurar es que cuando se está solo, es cuando más acompañado se puede estar, ya que sin darte cuenta estás rodeado de recuerdos, de sensaciones, de sentimientos, de alegrías, de penas...
Hoy, la soledad fue mi mejor compañía, mi mejor compañera para compartir un día en esta ciudad tan gris, en esta ciudad que nunca NUNCA duerme. El día empezó como cualquier otro. Desperté a la hora de siempre, hice lo que haría cualquier mañana. Después me marché y fui a esparcir mi melancolía por la ciudad, lo cómico fue que terminó siendo al revés. Fui al parque al cual suelo ir a pasar mis tardes, a elevar mis pensamientos. Estabas ahí, esperándome en una banca. Sin siquiera verte, pude adivinar que estabas en el lugar, tu aroma lo impregnaba todo, hasta la hoja más pequeña del árbol más pequeño.... también es así en tu cuerpo... hasta el último recoveco de tu piel está saturado con tu perfume. Me acerqué y sólo respondiste con una
mirada. Con mi mejilla rocé la tuya, ese fue el único contacto que tuvimos, nada más cercano que eso. Hubiese dado mi vida por tener algo más de ti, aunque fuese una pequeña caricia, un ínfimo abrazo..., eso solo sucedió dentro de mis pensamientos...cuando la luna me acompañaba en mi camino de vuelta a mi morada.
Te ofrecí caminar y aceptaste la propuesta con un "claro, porqué no".Terminamos refugiados en un café. No hubo un intercambio de cosas muy importantes, creo que en estos casos lo mejor es hablar vanalidades, es más sano, menos doloroso, menos tortuoso.
Nunca creí conocer tanto tu mirada como en esos breves minutos. Nunca creí saber tan de memoria tus gestos y movimientos. Nunca pensé que me sentiría mejor entre tus brazos que en ningún otro lugar... y todo eso porque por primera vez sentí que el tiempo se detuvo en ese lugar, en ese intercambio de estupideces, por primera vez sentí que éramos las únicas personas existentes.
Cuando te fuiste todo se transformó en silencio. Yo me ahogaba dentro del eco de ese silencio. No logro saber que me dolía más: el silencio y el vacío que habías dejado a mi lado, o el tener que verte y escucharte sabiendo que no te tenía...
Poco rato después de que emprendiste tu camino... que comenzaste tu nueva vida, yo también me marché –aunque no logré recomenzar mi vida- No podía permanecer en ese lugar... temía seguir alimentándome de esperanzas, temía que mis ilusiones pudiesen imitarte... y apuñalarme por la espalda....
Datos del Cuento
  • Categoría: Sin Clasificar
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