Te cuento que la ciudad brilla como ninguna, hay un sol espléndido que me llena de felicidad y me hace creer en la vida, en las cosas simples de la vida, en lo cotidiano.
Y sonrío. Pensar que una sonrisa no cuesta nada, ¡pero vale tanto!. Sonríe amiga y regálale a tus seres queridos un rayito de sol que inunde su corazón y los aleje del dolor, de la soledad.
Hoy pensé, si la gente dejara de ser tan hipócrita consigo misma, seriamos todos tan felices. Si no existiera la mentira entre los seres, si todos fueramos honestos, evitaríamos al otro o a nosotros mismos sufrimiento.
Amiga, querida, amiga... será que la gente nunca va a aceptar que esta equivocada, acaso no se dan cuenta que el dolor que le causan a otros, es un dolor que se causan a si mismos. Porque no hay mayor testigo que la vida y ella se toma revancha, tarde o temprano, te paga con la misma moneda.
Es que el mundo esta podrido, hasta huele mal. Es que la gente ha olvidado lo que es amar...
... amar a un niño que te regala su dulzura.
... amar a esa mano amiga que se tiende.
... amar el abrazo sincero de un ser que te quiere.
... amar a esa flor que te regala su perfume.
... amar a la naturaleza que te ofrece sus maravillas.
... amar los gestos cotidianos.
... amar la vida con sus tristezas y sus alegrias.
... amar nuestros errores, nuestros malos pasos, nuestras confusiones, nuestros fracasos.
... amar la valentía y el coraje de enfrentar la vida sin temor al que dirán.
Porque amar significa: ser, crecer, madurar día a día, vivir experiencias, ser libre. Amar no es estar atado a alguien, es sentirse unido por un hilo imaginario que se resume en confianza, afecto y honestidad.
Porque amar es aprender a conocerse, a aceptarse con virtudes y defectos.
Porque se puede amar a un amigo, a un hombre, a una mujer, a la vida, a Dios y todo amor debe ser libre, sin barreras.
Por eso te quiero amiga, porque aprendí a amar. Porque aprendí a quererte a la manera en tú me enseñaste.