Mariana estaba viendo la lluvia caer desde su ventana, no le gustaba la lluvia, añoraba el sol… Era un día triste y oscuro, hacía frío y parecía que así iba a estar el resto del fin de semana, por lo que pudo averiguar en las noticias referentes al tiempo… Pensó con envidia, que sus amigas estarían divirtiéndose en la costa, ahí lucía el sol a mansalva, y tenían todo el océano para admirar… Suspirando por su mala suerte, se dirigió a la cocina para prepararse una taza de café….
Estaba poniendo la cafetera cuándo sonó el timbre de la puerta… ¿Qué raro?... pensó ella, a esas horas y con éste tiempo … ¿quién podría ser?.
Sin más, caminó hacía la puerta para atender aquella llamada… Al abrirla contuvo el aliento, delante de ella se hallaba el hombre mas hermoso de la tierra, no, no… Parecía un ángel caído… lo primero que la dejó sin aliento fue su sonrisa, una sonrisa que podía desgarrar el corazón de cualquier mujer, y el de ella , ansiaba ese desgarro…
Después de unos segundos de no saber qué hacer, el individuo se presentó así mismo… “Soy Ángel , su nuevo vecino, perdone que la moleste a estas horas, pero verá usted, me están instalando la cocina y… uf , no sé cómo explicarme… verá he olido su café y no pude resistirme …. Si no es mucha molestia… ¿podría darme una taza?.... Ella mientras él hablaba, no lo escuchaba… bueno mitad, estaba estudiándolo cuidadosamente, guardando en la memoria cada detalle por nimio que fuera… Ángel, el nombre le venía muy bien, eso parecía.. un Ángel caído en desgracia… Abundante pelo negro, tan oscuro como sus ojos que parecían hechos de obsidiana, se vio reflejados en ellos, una sonrisa que quitaba la respiración, labios carnosos y boca perfecta, sus dientes inmaculados contrastaban con su rostro bien bronceado, se imaginó que trabajaba al aire libre porque su piel estaba bien curtida, llevaba barba de tres días, tan oscura como su cabellera… Era alto, calculó que medía mas de metro noventa, tenía que echar un paso atrás para admirarle mejor… de complexión atlética, ni delgado ni extremadamente fuerte… ideal, pensó ella… vio como asomaba vello por su camisa, llevaba dos botones desabrochados, una camisa que le quedaba genial, se ajustaba a sus hombros perfectamente… no quiso mirar mas se dio cuenta de que ya estaba pasándose con la inspección, le volvió a mirar a los ojos, cuándo oyó la palabra café… ella todavía sostenía su taza en la mano, sintiéndose como una estúpida, abrió mas la puerta y tartamudeando se invitó a pasar… Ángel entró con paso firme, y se quedó admirando el salón, ella estaba satisfecha con la decoración, no había nada fuera de sitio, estaba totalmente inmaculado… Ella se presentó e intercambió con su invitado frases banales, hablando del tiempo…de la dichosa lluvia que no cesaba de caer, en fin no sabían como romper el hielo…
Mariana le acercó la taza de café, todavía humeante… estaba recién hecho… la estancia estaba impregnada del aroma del café…
Sentados uno frente al otro, sin mirarse… Mariana empezó a hablarle de los otros vecinos, dijo que era una comunidad muy tranquila, además todos vivían en armonía no había nadie que se saliese de la normalidad, él la escuchaba atentamente, y como ella hacía escasos minutos la examinó minuciosamente, estatura normal, complexión normal… nada fuera de lo común, no sobresalía mucho… era muy normal pensó… busto generoso, le gustaban las mujeres con curvas, aunque ella vestía como una monja, se notaban claramente las curvas femeninas, estaba sentada y no podía mirar mas allá… su cara no era llamativa… ojos color avellana, pestañas oscuras, nariz aguileña… boca generosa y sonrosada… media melena color castaño indefinido, y observó con admiración los mechones que le caían sobre su frente… la daban un aspecto mas juvenil… no la calculaba mas de 30 años… tenía un cutis perfecto, no había rastro de maquillaje eso le gustó… prefería a las mujeres a lo natural…
Mariana sabía lo que él hacía y al darse cuenta de ello, se sonrosó…. Carraspeó como llamando su atención, y él volvió sus ojos hacia ella…. Viendo él que el café se había terminado, ya no tenía excusa para quedarse mas en aquella casa… pero él quería quedarse, quería … es más deseaba saber más de ella… pensó alguna excusa… de pronto se fijó en una estantería que contenía libros, se levantó y cogió uno… Mariana le observó como hojeaba con interés uno de sus libros… cuando él rompió el silencio… “ A mi también me gusta Douglas Preston como autor, me encanta el misterio… le da vidilla a las historias”… Ella le dio la razón, era su autor favorito, el suspense y el misterio era su género literario preferido… Misterioso le pareció aquél hombre… tenía un millón de preguntas en la punta de la lengua para hacerle, pero no se atrevía no quería parecerle descarada… se levantó y se colocó a su lado… sacó el último libro de ese mismo autor… “ éste es el último que ha sacado, si quiere…. Se le presto… “
Ángel aceptó gustosamente, pero todavía no quería irse, era consciente de la turbación de ella, su carita lo decía todo, esta sonrojada… era ostensible .
Fue un impulso, así lo llamó… la miró a los ojos color avellana y sin mas la besó… fue un beso casto, casi inocente… Mariana se quedó sorprendida, aún sentía los cálidos labios de él cuando se dio cuenta que se había ido… oyó la puerta cerrarse tras de él… Mariana seguía de pie, no podía reaccionar…
¿Quién era Ángel?... Con esa pregunta rondándole la cabeza se acostó, ya era tarde y mañana tenía cosas que hacer…..