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Categoría: Románticos

"Ángel" Final

En medio de los almohadones disfruté de una velada inolvidable, junto a un hombre irresistible… a la luz de las velas pude disfrutar de su cuerpo, su torso bronceado y marcado de músculos, su vello negro y rizado del pecho, que bajaba en espiral hacía aquella zona tan peligrosa…
No quiso pensar en si estaba bien o mal, es más únicamente y exclusivamente pensaba en él, y en lo feliz que era en esos momentos… La intimidad que estaban compartiendo era inmejorable…. Ellos dos solos, en aquél vacío y sin embargó cálido piso… se amaron con tal intensidad que Mariana casi lloró de felicidad … Dichosa, eso se sentía…. Las casualidades de la vida traen esto, pensó , que era el destino que había intervenido ahí, ella no se tenía como una belleza, no había tenido muchas relaciones, es mas podía contar con los dedos de una mano los hombres con los que había compartido cierta intimidad, se decía así misma que era por timidez y falta de atractivo… pero tampoco ella los buscaba, era una romántica y el sexo por el sexo no le interesaba, ella ansiaba a su caballero de brillante armadura… Esa tarde viendo caer la lluvia había pensado en él… y mira qué casualidad… Ángel se presentó en su puerta.
Pasaron horas y horas amándose, observándose… recorriéndose cada centímetro de piel, no se cansaban de mirarse, a Mariana lo que más le cautivaba era la sonrisa de Ángel, aunque a causa de la poca luz de las velas, la intuía… Una sonrisa pícara que le hacía latir el corazón, se estaba enamorando, había sido un flechazo…. El amanecer vino muy pronto, la despertó un tenue rallo de sol entrando por la ventana que había a su izquierda, había dejado de llover y el sol ya levantaba por el este, la habitación estaba fría, ella se estiró sensualmente recordando los momentos vividos horas antes, sonreía como una gata satisfecha, estaba desnuda y un escalofrío la recorrió el cuerpo…. Ángel no estaba a su lado, enroscándose el mantel sobre el cuerpo, fue a la cocina, pero tampoco estaba… le buscó en las habitaciones en el baño y no aparecía… Le parecía raro pero no sospechó nada en ese momento, se vistió y se dirigió a su casa, un piso más abajo… cerró con suavidad y tarareando una cancioncilla bajó las escaleras….

Todo el día había estado en una nube, los demás lo notaban, la sonrisa de su cara no desaparecía, estaba radiante, como el día… Llegó pronto a casa, estaba deseando volver a ver a Ángel, quería charlar con él, conocerle más, pero lo que mas ansiaba hacer era besarle… el roce de sus labios en su piel era como una droga para ella…. Se cambió y se puso bonita para ir a verle…
Cuando llegó junto a su puerta la encontró abierta, dudando mucho, osó a entrar… Todo estaba vacío… la cocina, las habitaciones el baño, el piso no hallaba rastro de huella humana… el mantel los almohadones las velas, no había nada… Confuso salió del piso y mientras bajaba pensativa las escaleras, se encontró con otra vecina de puerta, de pronto sin pensárselo mucho la abordó:
-Buenas tardes, por curiosidad… ¿el quinto C esta vacío, ya se fue el nuevo?...
Espero ansiosa la respuesta… La vecina la mirada como sorprendida
-Nunca ha estado ocupado, ¿de qué nuevo vecino me habla?
Mariana toda nerviosa le explicó la situación, le describió a Ángel… pero la vecina negó con la cabeza y continuó su camino por las escaleras mirándola extrañamente….
Se sintió engañada y burlada, eso fue lo que sintió Mariana, las lágrimas empezaban a resbalarse por sus mejillas, temblorosa no atinaba a abrir la cerradura de su puerta…. Al abrir lo primero que sintió fue un fuerte aroma floral, eso la conmocionó porque no tenía flores en casa… su salón estaba inundado de luz, miró el reloj y se dijo que no podía ser, estaba anocheciendo, pero la luz entraba por las ventanas la desmentía, era una luz blanca, luminosa… que raramente no cegaba… de pronto la llamó la atención otro detalle… en el centro de su salita encima de la mesa, había una flor, se parecía a una rosa pero ella sabía que no lo era, era de un intenso color rojo, rojo pasión pensó… se acercó a ella, y contra mas se acercaba mas profundo era el perfume de la rosa… la luz que entraba por su ventana la calentaba el rostro… notó el calor tibio en sus piernas… Llegó hasta donde estaba la flor, no se atrevió a tocarla, pudo distinguir en el corazón de la misma flor, tres gotas brillantes de rocío, brillaban cuál diamantes, se veía fresca y lozana la flor…. Pero…junto a la flor se hallaba casi camuflado con el tapete otra cosa… Un sobre, donde ponía con letras bien grandes Mariana… se llevó dos dedos a los labios… vio que era la letra de Ángel, sus piernas casi no la sostenían… lloró mas que nunca, ahí en medio de su salón no supo que hacer….
Casi con miedo a qué desapareciera, cogió el sobre y le abrió… efectivamente era de Ángel la carta…
“Mariana, soy tu Ángel… sólo te puedo decir eso, no te sientas engañada… solo recuerda los momentos anoche vividos… No te engañé, lo siento… no soy un caballero de brillante armadura, solo tu Ángel… recuerda esta noche por el amor que hubo, recuérdala por lo feliz que fuiste… recuérdala…
Así han tenido que ser las cosas, más lo siento yo… pero me reclaman de más arriba, tengo otros deberes que cumplir… La flor que esta a tu lado, tiene tres gotas de rocío, cuando las toques con tus delicados dedos serán tres brillantes… que te mereces, aunque sé que tu belleza no los necesita…. Mírate a los ojos y sumérgete en ellos, yo anoche me ahogué sin remedio en sus profundidades….
Siempre nos llevaremos en el corazón, recuérdalo…..”Tu Ángel”….
Mariana lloraba y lloraba desconsoladamente, y sin dudar hizo lo que le pidió Ángel, tocó las tres gotas de rocío y al instante se solidificaron formándose tres delicados brillantes, ella los sostuvo en la mano, sentía su tibieza… el cuarto se sumió en la oscuridad en una décima de segundo, el perfume de la rosa desapareció, y ésta empezó a marchitarse… la carta que sostenía en sus manos se hizo añicos….
Mariana creyó que soñaba, todo parecía un sueño… lentamente se sentó en el sillón, en frente del ventanal, vio la luna en su cuarto creciente, vio las estrellas que relucían más que nunca y de pronto se sintió muy cansada, no quería pensar mas en los últimos acontecimientos, si Ángel fue un sueño… lo fue maravilloso… pensó asomándose a la ventana para admirar las estrellas….
Datos del Cuento
  • Autor: Esmeralda
  • Código: 12181
  • Fecha: 14-12-2004
  • Categoría: Románticos
  • Media: 4.81
  • Votos: 36
  • Envios: 1
  • Lecturas: 1613
  • Valoración:
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