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Categoría: Románticos

"Ángel" II

A la mañana siguiente no dejó de pensar en Ángel y en su beso… Estuvo todo el día atolondrada en su trabajo, era decoradora de interiores y ese día había sido nulo para su creatividad, no daba una al derechas… Al atardecer todavía lloviendo, llegó a su casa… al examinar el correo esperando solamente las clásicas facturas se fijó en un sobre blanco, casi no se veía ante tanta factura… era pequeño y alargado…. Estaba en blanco no ponía remitente ni nada, lo abrió con curiosidad, era una nota manuscrita… La caligrafía era inmaculada.
“Mariana, quisiera agradecerte el café y la compañía de anoche… estoy instalándome pero por lo menos ya tengo la cocina terminada… ¿qué tal una cena entre almohadones en el suelo, te gustaría?... Me complacería mucho que fuera así, si no… no pasa nada ya habrá mas ocasiones….”
Era una invitación, el reloj de la salita dio las ocho, no la quedaba casi tiempo para prepararse, tenía que esmerarse hoy…. Rápidamente se duchó y acondicionó, sacó toda la ropa del armario y estuvo como cuarto de hora dudando en qué se pondría no quería dar malas impresiones ni dar ideas… Escogió unos pantalones de algodón oscuros, ya que iba a ser entre almohadones la cena quería estar cómoda…. Y un jersey de cuello alto color marfil, le estilizaba mucho… no se molestó ni en maquillarse, ya eran las nueve…. Cogió el bolso y salió hacia donde le esperaba la cena….
Nerviosa se plantó en la puerta de Ángel, dudó en llamar, pensó en volver con las mismas, no le conocía no sabía nada de él, tal vez fuera peligroso… estaba con sus dudas cuando la puerta se abrió… y apareció él… todo vestido de negro… ahora si que se parecía al Ángel caído…. Estaba arrebatadoramente apuesto, se le cortó la respiración… no supo disimular su sonrojo, sus pensamientos iban por otros caminos, estaba muy afectada por ese hombre, con un gesto Ángel la invitó a entrar en su morada, el salón estaba desierto y casi oscuro, solo dos velas alumbraban la estancia, observó los almohadones colocados cuidadosamente en el centro, y un mantel en medio de ellos… parecía que ya estaba para servir la cena, Mariana se disculpó por su tardanza, le aclaró que hasta hace poco mas de una hora no había leído la invitación…. Ángel no dejaba de sonreir, la miraba con más descaro todavía y eso a Mariana la ponía mas nerviosa, estaba muy silencioso todo, olía a especias el salón, él le aclaró que la cena que estaba preparando era pasta, que no sabía hacer otra cosa, que era un desastre para la comida…. Ella se rió y le dijo que tampoco se le daba bien la cocina… Él la invitó a sentarse, y Mariana con cuidado se colocó sobre los almohadones, no hacía frío… la habitación estaba caldeada…dejó a un lado el bolso… y tomó una postura despreocupada… él salió con dos platos humeantes… A ella se le hizo la boca agua, estaba en verdad hambrienta…
Cenaron plácidamente, conversaron animadamente… le contó que era agente comercial y recién llegado a la ciudad que no conocía a nadie, que todavía tenía que acostumbrarse a la ciudad pues él venía del oeste, era otra mentalidad…
Su charla era interesante, sonreía con frecuencia, eso me tenía hipnotizada… comerciaba con productos agrícolas…. Eso explicó su tez tan morena, me dijo que pasaba muchas horas al aire libre, pero viéndolo tan elegante no me le imaginé en medio de un maizal…. Llegamos a los postres, sacó helado de chocolate y vainilla, me encantaba la vainilla, disfrutaba como una niña pequeña de todo eso, a cada minuto que pasaba con él me iba desinhibiendo… también el vino hizo lo suyo, tenía calor, estaba acalorada…. Hablamos de antiguos amores, él me preguntó que por su cuenta y riesgo había hecho averiguaciones sobre mi, en un principio eso me indigno, pero luego pensé que era una tontería, los dos estábamos libres según él…. Libres para el amor.
Acabados los postres, le ayudé a recoger la mesa, bueno mejor dicho el mantel… era gracioso, me estuvo contando anécdotas de su infancia… no paraba de hablar… su voz era encantadora y su risa muy pegadiza….
Cuando más a gusto estaba, él sin previo aviso otra vez me besó… pero ésta vez el beso no fue tan inocente y casto… hundió su boca en la mía como ningún otro lo había hecho…. No daba crédito, me estaba besando otra vez… noté como su lengua intentaba abrir mi lengua… noté sus dientes empujando mi boca y también percibí sus manos cálidos en mi cintura…. Fueron momentos inolvidables, de esos que jamás borras de la memoria… Yo le seguía en todos sus movimientos, nuestras lenguas jugaban, nos comíamos con los ojos mutuamente, puse mis manos en su fornido pecho, y noté su corazón latir desaforadamente… Sabía que iba a ser suya esa noche, casi no le conocía es más… Ángel para mi era un extraño, todo esa situación era una locura pensé… Pero ya no había vuelta atrás, estaba totalmente en manos del ángel caído….
Datos del Cuento
  • Autor: Esmeralda
  • Código: 12166
  • Fecha: 13-12-2004
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.11
  • Votos: 45
  • Envios: 1
  • Lecturas: 2567
  • Valoración:
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