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¿ Yo psicópata?

Vaya que sí, los libros para sacarme de esta ignorancia me habían servido mucho. Yo vivía en una casa pequeña casi nueva, desde hace dos semanas. Había venido con mi esposa, desde su ciudad natal. Pensé en hacer unos pequeños negocios por aquí, porque tenía un buen capital. La gente en la vecindad me quería mucho a pesar del poco tiempo que vivía por ahí, salía todas las mañanas rumbo a mis negocios, y no regresaba hasta la noche. Es cierto, pasaron 3 meses y así era mi vida, nunca le había faltado nada a mi esposa, y las mujeres del lugar la envidiaban porque yo era excepcional. Cuenta de eso pueden decir mis dos sirvientes que tenía, a los cuales estimé mucho. Tenía 33 años, casi la edad de Cristo, había pasado las últimas semanas muy ocupado, tiempo en el cual mi esposa (no la culpo) encontró otro hombre. Ya me habían dicho sobre eso, pero trataba de ignorarlo realmente, pero hasta que un día al llegar a casa no los ví más.
Salí de la casa entre triste y enojado, la gente me vio y se apenaron por mí; muchos me consolaron y “muchas” se e acercaron. Pronto iba a iniciar otros buenos negocios, pero el tiempo iba a ser muy poco para atenderme y eso. Mis sirvientes fueron despedidos. Había ganado mucho dinero en esos tres meses, así que decidí emplear a una trabajadora del hogar. En unos de mis negocios conocí a una señorita de buena clase, fue fácil conquistarla y convencerla de que vaya a mi casa unos días (por eso dije lo de los libros); en esos día le dije a mi trabajadora del hogar que se vaya a su casa, porque necesitaba privacidad con la señorita. Así no dejó solos esa vez, y bueno pasé una semana con la señorita con la cual terminé, y se fue. Luego llamé a mi trabajadora, para que retome sus labores, ella se puso triste porque me conocía, y sabía también de mi anterior decepción, se puso triste porque yo no me quedé con la señorita. Bueno paso un mes, y tuve que viajar, en el otro país también conocía a otra señorita muy elegante y fina, hermosa por cierto, y como la anterior me fue fácil conquistarla, igualmente la llevé a mi casa y estuvo unos días hasta que se fue, e hice lo mismo con mi trabajadora del hogar. Bueno, estuve así más o menos por dos años, al primer año, me enteré que en la ciudad iba a ver falta de combustibles, así que decidí comprar desde ya, unos cilindros grandes que tenía en el sótano. Cada mes el número de mis cilindros aumentaba en uno. Así como les cuento pasé un año más y por cosas del destino, una vez que fui a un bar, me tomaron sin documentos y me enrolaron en el ejército. Dentro del ejército, me entere que hacía falta de gasolina para los vehículos, así que fui a mi mayor y le dije que yo tenía grandes cantidades, pero solo lo podrían usar en caso necesario. Así mi mayor me llevó a casa, para comprobar eso; fuimos y le mostré un cilindro y los cilindros, se quedó satisfecho. En el país, había un problema bélico por la frontera y por mala suerte, tuve que ir. Dejé encargado a mi mayor que si yo perdía la vida en combate dentro de seis meses, él se haga cargo de la gasolina. Bueno fui, y como estaba en la frontera deserté e hice como si hubiera muerto. Al día siguiente, el mayor enterado del asunto, pensó en disponer de la gasolina, y fue a mi casa, así que al llegar al lugar con unos hombres para mover los cilindros, estuvieron como sedientos de aquella gasolina. Así que se dispusieron a llevarse la gasolina, cuando de pronto les pesaba más de lo que debía. Seguramente se preguntaron porqué, y trataron de averiguar, vieron que lo que llevaban no era gasolina sino alcohol que contenía dentro un cuerpo de una mujer desnuda, muerta. Y se dieron cuenta que los 24 cilindros que había coleccionado tenia mujeres en su interior, incluyendo a mi esposa, su amante y mi trabajadora social. Bueno, así me enteré que era el psicópata más buscado. Lo último me lo puso al tanto un diario del país donde residía ahora. Ahora sigo leyendo libros, tengo dinero, porque las mujeres a las cuales les había matado tenían mucho dinero, y sus cuentas estaban en mi poder, fue fácil convencerlas. Ahora la policía me busca, pero sólo he escrito esto porque me pareció emocionante como un día me volví en un psicópata.
“Las cosas pasan…”
Chelo…
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
  • Media: 5.23
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