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Categoría: Sueños

!Ahí estaba, ahí estaba!

Era de tarde cuando las sombras parecían bajar del cielo e instalarse bajo el techo de mi cuarto, tras la ventana en que me encontraba solo podía ver ese color inusual que dan las cosas que no se pueden explicar y que muchas veces son extrañas. Al contraer mis pupilas pude darme cuenta que el vidrio sudaba, pero no era el vidrio, era yo que agitada y desesperada quería acabar de despertar de la maldita pesadilla que había tenido segundos antes. Al recordar lo que había soñado baje las escaleras muy aprisa y corrí por el jardín asta llegar al sótano, solo para tener la certeza que había sido una pesadilla lo que había soñado, quería estar segura que no había ningún muerto el cual hubiera causado mi borrachera repentina de la noche anterior.

Al entrar en el maloliente cuartito aquel, encendí la luz y pude darme cuenta que ahí estaba, ¡ahí estaba el muerto! Quien sabe que nombre llevaría en esta vida terrenal y de donde había sido, si tendría familia, hijos, esposa, mama o abuela. Quien sabe. Lo que si se, es que estaba muerto y quizás se lo merecía, eso si, por que si estaba en esas condiciones es por algo, y aunque no lo recordara del todo aun me causaba asco, me causaba odio nada mas de ver su cara cubierta de sangre y oloroso a cerveza manchando el pequeño lugar.

Al caer la noche lo saque envuelto en una manta de color negro, y como que si lo hubiera hecho antes, supe donde llevarlo y dejarlo enterrado bajo seis metros de tierra. Pude darme cuenta que el lugar había sido escarbado antes, el suelo se encontraba removido de algunas partes, pero no le di importancia, se me hizo muy familiar aunque no recordara nada y solo fuera una sensación lejana lo que sentía.

Llegue a mi casa, y mis padres habían llegado, cenamos juntos y platicamos de lo usual, de lo cotidiano, la escuela y otras cosas. Me fui a dormir y la tarde del día siguiente corrió como otras, ya como las seis llego Memo y me invito a un convivió con unos amigos, acepte, cuando la noche llego estaba muy tomada y regrese a la casa, me acosté a dormir sin saber mas…

Desperté y era de tarde, de tarde otra vez… cuando las sombras parecían bajar del cielo e instalarse bajo el techo de mi cuarto, tras la ventana en que me encontraba solo podía ver ese color inusual que dan las cosas que no se pueden explicar y que muchas veces son extrañas. Al contraer mis pupilas pude darme cuenta que el vidrio sudaba, pero no era el vidrio, era yo que agitada y desesperada quería acabar de despertar de la maldita pesadilla que había tenido segundos antes. Al recordar lo que había soñado baje las escaleras muy aprisa y corrí por el jardín y mientras bajaba tenia la sensación de haberlo hecho antes, de que mi vida se repetía. Tenia esa sensación extraña que dan las cosas cuando son poco usuales. Cuando te son desconocidas.
Datos del Cuento
  • Categoría: Sueños
  • Media: 6.19
  • Votos: 42
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