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Categoría: Infantiles

¡No se hablar!

(Para Marcello)





Francamente me encontraba muy a gusto en un lugar donde no hacia calor ni frío no había ruidos, ni viento, ni lluvia, no era de noche ni de día, no había llantos ni tenía hambre.
¿Granizo o nieve?. No sabía que era eso.
¿Mamá?, pues sabía que estaba dentro de ella en su pancita aunque por el tamaño no podría decir que fuera “Pancita” y de vez en cuando me estiraba y no podía extenderme todo cuan largo era, ni modo, así estaba como metido en una alberca.
De vez en cuando sentía que alguien me sobaba y me hablaba con palabras que francamente no entendía pero que me sonaban a mucho amor aunque no siempre era la misma voz.
Debo de aclarar que todo esto lo pensaba y lo sigo pensando ya que no se hablar y lo que es más ni siquiera se sí es que voy a hablar en inglés o en español como tampoco se donde voy a nacer solo se que estoy destinado a un lugar que muchas personas conoce como Tierra y que es un planeta que pertenece a un Sistema que se denomina Solar.
Al principio de mi formación me decían Bebé o Baby, lo primero me sonaba más grave que lo segundo, algo así como voz de hombre y lo segundo me sonaba como a voz de mujer. Cuando mis células formaron mi cerebro entendí que una voz era de papá y la otra, la más dulce era de mamá.
Hubo un día en que oí mucho alboroto, eran dos voces muy diferentes a las que ya estaba acostumbrado pero que sonaban igual que cuando me hablaba papá.
Una de esas voces aunque dulce, muy dulce sonaba como de persona mayor, algo así como Persona Mayor rondando por ahí de los “sensenta” y la otra era una voz más dulcecita que la de mamá, como niña o algo así pero que no era muy grande tanto en edad como en estatura.
Después sabría que se trataba de mí abuela y de mi prima y resultaron voces nuevas para mi. Quedaron registradas en mi memoria y se diferenciaron de otras voces parecidas pero que eran de mí Grandma y de mí cousin. Y por qué la diferencia sí es que son lo mismo, ¡ah! Es que las primeras venían de un lugar llamado México que es donde nació mi papá y las segundas nacieron aquí, que creo es donde yo también voy a nacer y que se llama Estados Unidos y la verdad es que no se qué voy a ser, bueno, bueno ya se que voy a ser niño. ¿Qué cómo lo se?. ¡Ah! Pues fácil, me gusta el futbol y también se que seré aficionado del Atlante un equipo de allá donde vive mi abuelo al que no he escuchado aún.
Lo que si que puedo decir es que me encuentro bien a gusto, como nadando o mejor dicho, como buceando. Parezco un astronauta de esos que salen de su nave y se ponen a trabajar allá arriba o mejor dicho acá arriba ya que mientras no nazca, estoy en el meritito cielo. Pues cuando esos astronautas salen a efectuar algún trabajo se amarran a su nave espacial con un cordón que se le conoce como “Cordón Umbilical”, pues ni más ni menos, así estoy unido aquí adentro y eso es muy bueno ya que me alimentan por ese tubito aunque no se sí cuando me toque nacer, seguiré unido como astronauta con mi mamita.
Voy entendiendo y aprendiendo cómo se llaman las personas que están alrededor de mamita. Ya se que mi mamita se llama Ángela aunque mi papito le dice Ángelita y cuando está molesto le dice, “A-n-g-e-l-a”. Mi papito se llama Alberto que es como casi siempre le dicen aunque en ocasiones también le dicen Isaac. La verdad y aquí entre nos que no degustaría llamarme Alberto ya que me contaron que así se llama el “Idolo” de mi Abuelita de lejos y ¡Guacatelas!, mejor Norberto (no se porque se me ocurrió ese nombre ya que no esta nada bonito).
Todavía no se como me llamaran, no se cuál será mi nombre, ojala no vaya a ser un nombre medio raro de esos que no se pueden ni siquiera pronunciar. Espero que sea algo fonético que cuando me llamen lo hagan de un jalón y no tengan que respirar dos veces para terminar mi nombre.
¡Ah caray! Esto empieza a secarse, la agüita se esta escapando por algún lado. Hay mucha alharaca y no se a que se deba. Creo que están festejando algo porque como que detecto un cierto olor a pólvora y en el cielo hay muchas luces de varios colores, no se de que se trata pero debe ser algo grande. Lo único malo es que esto cada vez está más seco.
Como que mamita se metió al agua, me siento flotar.
Como que ya es hora de que salga, o de que nazca,
Casi es medio día del 5 de julio, ¡Uf! Me salvé ya de nacer el cuatro. La verdad es que ya es suficiente nacer acá y todavía nacer el mero cuatro de julio, “Nacido el 4 de julio”, ¡Uf!, hasta parece título de película.

Ya tengo muchas ansias por salir y decirle a mí papito que “conmigo van a empezar los días largos y los años cortos” y eso que al principio seré yo solito, pero ¿qué tal cuando seamos más?. Cuando menos cuando llegue mi hermanita, porque yo si que sé que voy a tener una hermanita bueno al menos es lo que quisiera tanto yo como mí mamita y mí papito, aunque espero que si no nace mi hermanita inmediatamente de seguro le van a hacer como muchos papitos y mamitas que empiezan a buscarla y buscarla y llegan a formar cuando menos una quinta de basketbol o una novena de béisbol o una oncena de fut. Pues para cuando seamos más de uno si que van a empezar a entender e iniciarán su graduación como Papás. Ji, ji ,ji. Creo que la vana iniciar pero nunca la terminarán. Ji, ji, ji.

Creo que ya va siendo hora de que nacer. Lo bueno es que aquí está mi prima Pame y ella si que tiene experiencia. En cuanto nazca voy a llevarla a corretear a las ardillas y le mostraré los pajaritos rojos, esos que se quedan en el invierno. Se ven muy bonitos ya que resaltan mucho en el fondo blanco de la nieve que por acá si que cae y bastante, o como dice mí abuelo mexicano, “Harto, mucho, bastante”, hay que recordar que también la nieve viene con mucho frío. ¡Br!. Aún no la conozco y ya estoy temblando de frío. Bueno a mí no me va hacer temblar ya que mí abuelo mexicano me va a heredar su aguante por el frío, ya me lo imagino diciéndome; . . . -“Yo, Kriga, Bundolo, a mi no me hace nada el frío” , mira Chelín, cuando yo llegue a la Ciudad de México no tenía zapatos, llegué descalzo y el frío no me hizo nada . . . –

Lo que nunca me va a mencionarme es que como nació ahí pues claro que no tenía zapatos. Yo también voy a llegar descalzo a San Pablo o Saint Paul como le dicen aquí.

Bueno algo que le va a dar mucho gusto es que también voy a estornudar muchas veces seguidas sin que eso quiera decir que esté malito o que tengo catarro o que tengo alguna alergia, no, eso solo significa que alguien se está acordando de nosotros. Por eso es que mi abuela Kity, ¿O tengo que decirle “Mami Kity?, creo que precisamente así le diré, me gusta cuando le dice de esta manera Pame. Bueno el caso es que cuando mi abuelo mexicano estornuda varias veces Mami Kity hace como que le da un pellizco porque dice que algunas “Chamacotas” se están acordando de él. ¡Vaya idea!

Creo que ya es hora de nacer, ni modo ya no podré seguir hablando ni pensando como hasta ahora, bueno tengo que aprender a hablar y caminar y después a correr y entonces si que casi alcanzaré a las ardillas y con mi prima Pame vamos a hacerlas sudar en pleno invierno: ¡Ah!. Olvidaba comentar que por acá aparte de ardillas y esos pajaritos rojos que según mi “Bis” Perita, que es la mamá del papá de Gaby, que es mi mamita chula, bueno parándole al eso de los árboles genealógicos, “Perita” les dice “Cardenales”. Pues aparte de esos animalitos hay otro no tan chiquitos como los búfalos y los lobos y los venados y los puerco espín. En el invierno se escuchan en las montañas, que por cierto no hay muchas por aquí cerca, pero en el rancho de unos amigos de mis abuelos gringos y que está en otro estado de este país y que todavía no entiendo eso de los Condados, Estados o Países pero que está un poquito lejos, luego en ese rancho si que se escuchan y muy cerca, sin embargo, dicen que están como a quince millas, bueno eso hablando en inglés ya que en español serían algo así como unos veinticuatro kilómetros y para ser exacto, ya que así me lo pediría (Léase “Exigiría”, claro que desde luego “Por favor”) mí abuelo mexicano, veinticuatro kilómetros con ciento treinta y cinco metros.

Los búfalos no obstante que son muy grandes, son muy quietecitos sí bien cuando se espantan se ponen a correr como loquitos y derechito, derechito y no crean que unos cuantos sino muchisisisimos, tantos que no sé siquiera contarlos, bueno ahora solo sé contar hasta cinco ya que son los deditos de mi mano que no sé sí es la derecha o la izquierda pero la otra manita esta debajo de mi pancita y no la veo.

Creo que ya es hora de nacer y ya dejaré de hablar o mejor dicho, de pensar y solo seguiré pensando aunque no hablando ya que tengo que aprender a hablar aunque no a pensar ya que aunque no hablo si que pienso y todo esto se ira grabando en mi memoria que por ahora está ocupada en muy poquito ya que solo veo agua que, ¡Ah caray! Ya casi no hay agua y siento que me están empujando y también siento que mi papito es el que está mas nervioso que mi mamita.

Espérate papito ya casi voy a salir, ya casi voy a nacer.

En cuanto salga le voy a decir a mi papito, ¿Was up?, o mejor ¿Qué pachuli?.

¡Ups!. No, no voy a decirle nada, ¡Bua!. Mejor me pongo a llorar.

Aún no se hablar.

Septiembre del 2006
Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
  • Media: 5.77
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