LA VERDADERA MALDAD
Me asomo a mi ventana, la cual da a la calle principal de mi ciudad. Son las doce de la noche y ya se empiezan a quedar vacías las calles. Se encienden las luces de las farolas como en un intento por no morir de mi ciudad. Empieza a caer la humedad, esa humedad que sin mojarte te deja un frío y una escalofriante sensación a placer de estar donde uno quiere estar. a pesar de que ya no circulan coches, los semáforos siguen funcionando ajenos al vacío e ignoración a la cual se enfrentan.
El hombre de la calle, ya hace rato buscò su rincón para combatir el frío y a su vez evitar que los desgraciados de la noche, esas almas vacias sin pelo en la cabeza, con ropa oscura y ceñida y con mente malhechora y cruel, por la cual solo pasa la diversión de hacer el mal a los demás, a esos demás que son elegidos por ellos, lo encuentre.
La noche sigue pasando y las horas empujadas por el tiempo, si el tiempo ese que nunca se para.Ya empieza a esclarecer, y los colores que parecian azulados vuelven a ser color rojo y todo empieza a ser como es, ¿o es en la noche, cuando todo es como es?.
Los hombres de la calle empiezan a despertar y los mas precavidos, recogen sus cosas para que mas tarde no venga alguien como puedo ser yo y le diga que hay no se puede estar, ¿Quién dice eso? Se preguntará el.
Los hombre sin pelo ya han hecho de las suyas y se vuelven orgullosos a sus casas, unos cogen las mochilas para dirgirse hacia la universidad para labrarse un futuro, insconcientes de que su futuro esta labrado ya y de que forma, ya son unos desgraciados, otros se pondrán la corbata para ir a su oficina, esa oficina donde todo el mundo lo quiere y admira, si ellos supieran. Otros simplemente se quedan dormidos hasta las tantas, por que su madre y su padre se levantaran para luchar con el fin de construir lo que el destruye, pero que van hacer es su hijo y ellos son sus padres.
El vagabundo se dirige haber si le dan de comer o mejor el quiere un poco de vino que aunque no alimenta el estomago, ese liquido rojizo o blanquecino según el gusto o lo que haya, le alimenta el ego, ese poco ego que le puede quedar a una persona que lo perdió todo, y nunca te preguntes si lo perdió por su culpa o no, nadie quiere verse así creo.
Ya hace rato que Sali de la ventana, todo fue parte de un sueño que he tenido, y la verdad es una pura realidad, hay cosas que no hace falta ver, para saber que estan ocurriendo, aunque yo las he visto.