¿Quien eres para adorarte?, ¿acaso una Diosa inefable de alguna cultura versada?, ¿o alguna Deidad etérea que escucha las plegarias de sus devotos?, ¿quien eres para amarte? ¿Acaso el prójimo de los mandamientos de aquel libro incuestionable? ¿o el hijo obediente que enaltecerá la estirpe?. Tal vez para el mundo seas una mujer trivial, con defectos, virtudes y algunas manías, con un cuerpo demasiado común para la fama y muy inquietante a la vuelta de la esquina, pero para una sola persona, eres esa Diosa que evoca sus pasiones, esa Deidad por la cual entona sus silenciosas plegarias; para una sola persona eres el único prójimo al que se le ha ordenado amar y la única persona a quien obedecería su estirpe como su madre. No me interesa quien seas para el mundo, estoy seguro de lo que eres para mí, mi Niña.mi Novia.mi Único amor.