Esta historia podría comenzar así...
La peor forma de extrañar a alguién es estar sentado, a su lado y saber que nunca lo podrás tener. (Gabriel García Márquez.)
Ella se había resignado ha vivir, una vida sin felicidad...sin felicidad completa, por las habladurías...el que dirán.
No podría decirse que momento que lugar,que palabra le sirvió de base, para actuar así.
Hace tiempo ya demasiado tiempo de aquello.
Ahora postrada en la cama, toda una señora anciana se torturaba pensando, si el mandar al exilio, todo lo que más quería,si el renegar de todo aquello, le había merecido la pena. Aquellas lenguas viperinas siempre estarián pendientes de ella, hiciera lo que hiciera,sería siempre la culpable.
Vivió una vida pensando en los demás.Y ahora en aquel caserón frió húmedo derruido por el tiempo, sintió la soledad.
No tenía hijos, ni pareja estable con quién pasear en aquellas noches largas de verano. Donde los días son interminables cuando uno, no tiene con quien compartirlos.
No tenía felicidad, estaba totalmente vacía, como aquella casa, sin un solo recurdo.
Hastiada de la vida que había llevado, de masiado tarde para lamentarse. Ahora que aquella vida se evaporaba, como las gotas de agua en los cristales de su ventana. Pensaba en aquel paseo de años atrás... Cuando las miradas las críticas, el miedo, la vergüenza, la consumierón, como una bruja sin un juicio previo.
Hacia tiempo que no daba un paseo así. Donde aquel muchacho años atrás le agarraba delicadamente la cintura. Mientras ella jugueteaba con su mano, después de esa puesta de sol. Esa puesta de sol que justo depués...hay unos minutos en los que la luz es magnifica y toma un hermoso color rojizo. Justo cuando en el horizonte sigue difundiendo su luz, Una luz que te seduce, he invita a una tranquila reflexión. Sintió ganas de llorar... Quizá ya no habián lágrimas que derramar, después de tantos años evocando su recuerdo.Ya se había acostumbrado a vivir sin él. En ese justo momento, le invadió una terrible nostalgia. Pensaba, en como sus ojos la miraban constantemente, aunque su forma de mirar era circunspecta.Una mirada nunca invasora ni directa, casi podía acariciarla con ella.
Ella pensaba como sería el tacto de sus cabellos, en sus manos. Como sería apoyar la mano en la curva de su espalda, mientras su respiración se aceleraba.
Como sería tocar su piel, apoyar su vientre contra el de él.
Que sentiría al tenerlo encima de ella,solo de pensar en lo que estaba pensando, se puso colorada.
Por un momento la anciana había vivido toda esa escena como si ayer se tratara,y quiso no pensar más.
Todo aquello nunca había sucedido, por que ella nunca se atrevió a decirle, lo mucho que lo quería. Todo fué fruto de sus pensamientos de esa tremenda fuerza emocional imparable aquella tarde. Se había consumido su vida en sueños y miedos.
Miro las gotas de cristal como resbalaban, y rompían al caer contra el mármol.
Pasado unos días la encontraron justo después de la puesta de sol, cuando el color rojizo cubriá todo el cielo. Durmiendo en un sueño profundo,soñando haciendo realidad un sueño, donde en un lugar maravilloso podría resucitar toda una vida perdida de miedos. Todo un amor solido, intimo,inseparable,en su sueño.
Encontraron manchas de tinta de bolígrafo, en sus largos dedos, un libro de amor apoyado en su pecho, y una nota donde juraba amor eterno.
La nota decía: Para tí que eres lo más bonito que me ha pasado en mi vida.
Te espero...te esperare siempre, mientras existan mañanas, atardeceres y lunas que brillen, en el cielo.
Aquel atardecer fué eterno, la luna brilló noche tras noche.

Autora; Lucy-a