Silencio... ahhh, bendito silencio. Es de noche ya y a lo lejos viendo la luna, me acuerdo de ti.
Dónde estás?, pregunta inconexa llena de sensaciones...

Lejos, se vislumbran las pequeñas luces de los recuerdos. No estás junto a mi, no me arropas, no me calmas, no entregas con tu mirada la sonrisa del niño que eres, del que fuiste, del que siempre serás... en mi pensamiento.
Pero estás ahí, noto tus ojos a través de mis sábanas... estás junto a mi. En esta noche encendida de penas, mi madre me grita, ven a mi que me duele el alma, mis amigos me imploran, olvidate de tus sueños, nada fueron, se quedaron en tus vacaciones, en aquel mar, en aquella playa, mi perro me ladra...en la distancia.
Y tú donde estás? ¿en que parte de mi vestido dejaste prendida, no las chispas, sino una llama?
Miro, a traves de los silencios, de las calmas de sonrisas sonrojadas, miro, pero no te encuentro. Allá donde mis palabras amaron por una noche un tierno corazón, allá donde los latidos se sumergieron en anhelos... ¿dónde habitas? ¿dónde duermes?
¿en nuestra habitación? tal vez... ¿en nuestra cama?
La llamo nuestra y me río de las posesiones. Lo tuve todo en un solo día...y no tuve nada.

Tengo mi pensamiento para recoger sus latidos, los que ahogaste en los mares de tu nostalgia, de tu lejanía. Ahora... ¿dónde estás?

Me contesta el agua, el manantial de tu vida brota entre mis cansadas entrañas. ¿Volveré a verte? ¿fuiste tal vez un sueño para recuperar mis esperanzas de sentirme amada?

No me importa, sentí el mar mirando tus aguas, sentí que una victoria lejos de ti, es una victoria vacía, que no vale nada.

Quiero que vuelvas, que con tus brazos de otra tierra, de otras miradas, alumbres mi corazón, quiero que la vida se postre ante ti y te diga con encendidos ojos: la quieres, corre a por ella, no dejes escapar tu sueño donde otros, víctimas de su miedo, aferrados a un frío y duro corazón, durmieron sus esperanzas.

Rizos rubios que acunan mi alma, quiero volver a verte porque sin ti, estando tan lejos, en ese país al que volviste solo después de tan sentida alborada, deja de tener sentido... la palabra mañana.