Os debo una poesía después de tanto tiempo a vuestro lado, por vuestra sonrisa, una poesía a toda prisa para cortar el silencio, os debo una poesía sin pecados, una poesía de compañero, sin mentira, sin fronteras. Le debo una poesía a mis amigos, a alguna mujer, a la estrella, al sueño que siempre nos lanza alguna vez, a vosotros. Le debo una poesía a vuestro tiempo que a veces es el mío, a vuestros ojos a veces sin palabras, a vuestra boca a veces sin sonrisa como la mía pero que me dan esa brisa de vida. Alguien me dijo que la soledad del silencio a veces te abraza y te necesita, pero la madrugada cuando mi noche es vacía tiene un rostro ajeno al que yo quiero y la amistad me acaricia en el hombro. Amistad sin final, te amaré como pueda, te amaré al día siguiente, te amaré como siento, te amaré junto al viento sin balas, te amaré como cuando era niño mirando a las nubes, y después te amaré.


A vosotros, no puedo deciros quienes sois, ni quienes deberíais ser, solamente puedo quereros tal y como sois, así que por eso te digo amistad que te amaré como siento. Y no puedo evitar tu sufrimiento (lo siento) sólo puedo ofrecerme y compartirlo, por eso te digo que te amaré al día siguiente aunque haya silencio en tu boca. Y te digo amistad, que aunque hay personas que han sido victimas de ti y no te cogen desconfiados de la mano esquivando tu mirada, tu alegría es mi alegría, es por eso que digo que te amaré, junto al viento sin balas.
Es por eso que te debo una poesía, y a la gente a la que quiero, a las personas que siento, que me llenan, a la poca gente a la que intento entregar esta amistad a mi manera, que a veces no es palpable, ni es perfecta pero es un intento de sentimiento, sólo deciros que aunque no siempre lo demuestre os quiero decir, por sino lo sabíais que os quiero (vosotros sabéis quienes sois, os regalo mis palabras que son las vuestras).


Juan A. Dominguez Murcia (España) 14/10/03