La espesura de los árboles ha desaparecido, y poco a poco la luz de la Luna llega mejor a la pequeña cabaña.
- Muy pronto terminare de podar los árboles.
- ¿Y para que quieres podar los árboles?
- Para que cuando nazca tu hermanita le llegué la Luz de la Luna, por que cuando los bebes cacen a la luz de la Luna, ellos se ven más hermosos.
- ¿Yo nací a la Luz de la Luna?
- Por su puesto, y tu mamá parecía un ángel en medio de tanta arboleda.
- Entonces ¿mi mamá es un ángel?
- Si hijo, tu mamá es un ángel, es tu ángel de la guarda que te cuida
- El día llegó, la pequeña Azucena nació y cuando creció le gustaba contemplar la Luna por la noche, cierto día se le acerco su hermano y le dijo:
- Mañana es día de las madres ¿qué le vas a dar a mamá?
- No lo sé, pero esta vez no será una flor de papel – entonces se levanto, se sacudió y dijo – voy buscar una flor
- Ya se había hecho tarde y se podía ver la primera estrella de la noche, Azucena levantó la mirada para contemplar la luz de la Luna y su amiga estrella, vio un pequeño petirrojo que cargaba en su pico una bella flor que dejo en su nido y partió a volar, Azucena lo siguió hasta un bello prado de flores y tomo algunas para volver a su casa.
- ¿Dónde habías estado Azucena? Estabamos preocupados.- dijo su madre mientras la abrazaba fuertemente
Te traje flores, del campo del petirrojo – En ese momento la luz de la Luna se acerco a la pequeña cabaña y la madre de Azucena brillo como un ángel sosteniendo entre sus manos bellas flores de azucena.