Son mis emociones
que heridas de gravedad
salieron huyendo,
corriendo y a toda prisa
con el llanto a romper
llegando a un vacío.
Un acantilado fue su final
donde las ilusines son tiradas
los deseos, los sueños...
las esperanzas, son arrojadas allí.
Y de pie, al borde del abismo,
con el cuerpo cansado
y naciendo lágrimas por doquier,
mis ojos ven que no he sido el único;
allí abajo, hay más deseos,
más esperanzas y sueños.
Mis emociones mudas
han lanzado un grito de impotencia
y también se ha lanzado al abismo
mis emociones y mi cuerpo,
mis sueños y mi esperanza,
mis ilusiones y mi voz,
mis letras y mi corazón,
mis llantos y mi alma.
Y me veo caer,
al abismo,
donde se encuentran
todos los sentimientos olvidados.
Estoy cayendo,
sintiendo el viento contra mi,
sintiendo miedo por lo que vendrá,
sintiendo mi libertad por unos segundos,
sintiendo el final,
la nada...