El hombre caminaba aturdido, ensimismado, sin ver los despojos que pisaba en el suelo.
La mirada entrecerrada, como viendo un paraiso solar del cual no se podría filtrar luz alguna sin intentar cerrar un poco mas los parpados...
Alla afuera solo se oían voces, llantos y gritos desesperantes. Solo algunas veces, el perfume de de las flores lograba traspasar la tierra humeda y acariciar sus sentidos.
Se poso en la ventana, a la espera de verla, de ver a su amada en las clasicas faenas de mujer.
Si pudiera besar su pelo.... se decia, sin que no pudiera evitar el rodar una lágrima sobre su traslucida piel.
La miró unos instantes y se fue... Ahora podre descansar un poco más, hasta que la añoranza me consuma nuevamente y tenga que admirarla desde la ventana y desear.... desear besar su pelo.
El retorno era cada vez más dificil. Lo tranquilizaba el saber que pronto volverían a estar juntos, amandose eternamente...
Otra vez el gran portón, algunas viudas llenas de flores, varios vecinos y amigos en los cuartos continuos.
Pero yo se donde queda mi "cueva" y hacia allí voy.
Atraviezo la hierba, la tierra húmeda a la espera de mi próxima añoranza, y me levante desde el polvo de mis huesos solo para volver a verla.