Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Historias Pasadas

ABELARDO

Muchas veces vienen personas a conversar. Los escucho con algo de curiosidad; deseo ver aparte de lo que hablan... lo que sienten.
Para mí, es facil, pues soy especial - mi madre me llamaba loco, pero no lo soy. Cuando era niño me gustaba pasear por lugares apartados. Caminaba hasta encontrar una casa olvidada, o un rincón en un descuidado parque, o un charquito de agua. Me sentaba y escuchaba el sonido del silencio y del olvido. Veía insectos y roedores, o ropas hecho pedazos, o indigentes que huían de la claridad del mundo.
Muchas veces les hablaba; les decía que gustaría de su amistad...Después de una lenta confianza mutua, me sonreían y veía un brillo es sus apagadas vidas, y yo sonreía también. Regresaba muchas veces, llevándoles comida o ropa - si eran indigentes; cajas vacías y resto de comida - si eran insectos o roedores; pedazos de fruta o mendrugos de pan - si fueran pecesitos; o un poco de agua y guano - si fuera un simple pedazo de tierra seca. Al cabo de un tiempo los dejaba prometiéndoles que la providencia me traería de vuelta al lugar.
Como decía me gustaba escuchar; veía sus rostros, el sonido de sus voces, el movimiento de sus cuerpos al hablar, trataba de grabar cada experiencia; después de algunos momentos me preguntaban que me parecía esto, o lo otro; yo les decía que si, o que no. No hablaba mucho, me gustaba ver sus reacciones, cada detalle hasta que se marchasen.
Una vez que estuvieran lejos, cogía mi libro de apuntes y comenzaba a escribir lo que había sentido al estar con aquellas personas; al cabo de unas horas guardaba mi libro, anotando antes la hora de la visita, el ambiente, y algún detalle que me pareciera especial.
Me iba a mi casa, me bañaba e iba a pasear a través de la noche. Me encantaba mucho caminar; adoraba la Aurora. Muchas veces dormía en un parque o en la playa. Veía que la noche, y el sonido de la playa o el silencio del parque; llenaban toda mi atención...Me sentía identificado con ellas; parecía que fueran mi familia, mis hermanos y hermanas. Siempre llevaba un buen abrigo para no resfriarme.
Algunas veces encontraba parejas de amantes en mis caminatas nocturnas, y el corazón se me sobresaltaba; me acercaba con pasos de tigre, y observaba lo natural y salvaje de la escena. Allí entendía que tenemos mucho de animal escondido para la noche, como si en el sexo encontráramos nuestra identidad de animal. Me iba por otros lados y observaba a borrachos peleándose, o gritando palabras sin sentido; lo cual los hacía verse miserables y ridículos. Guardaba todas estas escenas en mi memoria y cuando hallaba un lugar tranquilo, copiaba en mi libro las escenas mas intensas y hermosas de aquella noche.
Caminaba hacia el mar y vaciaba todas mis ideas; a veces me echaba como si fuera a dormir, miraba el cielo; a veces negro o a veces con luna y una que otra estrella. Me levantaba y lo copiaba en mi libro.
Luego sin darme cuenta la Aurora me abrumaba y apagaba mi inquieta alma. Me sentía tan identificado con el secreto de la Naturaleza que conversaba con la arena, la aurora y el ruido de la brisa; luego les prometía que volvería...Como todos los días...Y ellos me respondían: te esperamos...
Regresaba tranquilo a mi casa, tomaba mi desayuno, y escribía en mi libro la hora en que llegaba y lo que desayunaba, si me había gustado o no. Me bañaba y dormía hasta el medio día; el reloj despertador me avisaba que debía de ir al trabajo; me levantaba y salía hacia la Relojería, me ponía mi mandil y comenzaba a trabajar. Me gustaba escuchar sus sonidos tan simples y armoniosos: tic tac tic tac tic tac...Creo que por esa razón es que trabajaba a mi gusto, pues no ganaba mucho por los trabajos que me dejaban; me gustaba el sonido de los relojes.
Llegaban los clientes, los miraba y me gustaba escuchar sus voces, ver sus ropas, sus movimientos, sus sonrisas, sus ojos...Eran como Demonios disfrazados de Angeles y al reves...Yo los miraba atento,luego decían que volverian.. sonreía...tic tac tic tac...me gustaba la simpleza...Por eso mi mama me llamaba Loco...
Datos del Cuento
  • Autor: joe
  • Código: 1409
  • Fecha: 15-02-2003
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.133.152.151

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033