Era se una vez, una granja. Sus tejados eran rojos, y en su establo había todo tipo de animales. Todas las mañanas, el trino de los pájarillos cantores los despertaba. Y empezaba un nuevo día.
Ese día no era uno cualquiera, porque la señorita pata tuvo cinco pollitos. Todos normales y bonitos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco... El cinco tardaba en salir. Era ese huevo uno más grande que los otros, más oscuro, y diferente. Pero entonces salió el pollito número... ¡cinco! el !cinco era guapisimo¡ Era el patito guapo. Su madre quedó tan maravillada, que lo mandó a la televisión. Era tan, tan guapo, que tenía más fama que David Bisbal, fijaos. El patito llegó a publicar un álbum que se llamaba "Patolería", la sangre de la granja en que nací. El patito guapo era protagonista de muchas películas, como "Los piratas del estanque" o "La mansión empatada". Llegó a ser super famoso, y se compró una granja de un metro cuadrado para el solito. Vivía de lo lindo, sin preocupaciones. Concursó en: un dos tres empatados esta vez, en Operación Patunfo, y en Gran Herpato. Las patoseguidoras no se perdían una. El patito guapo salía en la tele, la radio, y hasta en propaganda de internet. Al crecer se convirtió en un cisne muy apuesto y guapo, por supuesto. Pero llegó un día, que los periodistas de la prensa rosa le abrumaron tanto, que se fue a una charca con más cisnes vulgareños a vivir. Aún lo podrás ver cortejando a las cisnas, diciendoles que es el famoso patito guapo.
-"Sí, y yo Yola Patacal" -pensaban.