Te hablo a ti, que te escondes, te escabulles entre las sombras anónimas, dando placer a las ambigüedades.
Te hablo a ti que te regocijas en mi sonrisa y te detienes, te paralizas en mi llanto.
Te hablo a ti, que crees que desbordar los sueños es tan solo presagio de controlar la realidad.
Te hablo a ti, que supiras mientras lees, que revientas de colores internos y acudes a llamadas de compasión solo para sentir que así llenas los espacios de sueño de mi realidad.
Te hablo a ti, solo a ti, para decirte:
Yo no sé cómo se alcanza altura para besar una estrella.
Yo no sé cómo se hace para parar el mundo y darle la vuelta o imprimir un nuevo giro con tal fuerza que lo desorganice todo.
Yo no sé como se construyen los deseos, gota a gota... no logro contenerlos, siempre salen a borbotones, siempre se me desparraman.
Yo no sé de calendarios, ni de fechas laureadas, ni de coincidencias, ni de presagios, de nada que no vaya recubierto por la piel de un sincero abrazo o beso.
Yo no sé de sexo ni de chocolate, de veras no sé, hago el uno y me como el otro, o al revés, tampoco sé de pasiones encendidas entre las manos que terminen en llanto...
Yo tan solo sé que cuando pienso en ti, cuando tus ojos me llegan a través del silencio, cuando tu voz me reclama por las noches en la distancia... cuando oigo tus llamadas a mi corazón, a mi piedad, a mi comprensión y a mi deseo, de repente, mi cuerpo se desnuda de vergüenza, mis manos corren prestas a abrazarte, mis ojos se cierran dándote un te quiero, mi boca se abre en la almohada y te hunde un beso y mi calor se acrecienta pensando en mil posturas, en mil deseos, en mil cuentos aún sin escribir.
Yo no sé nada, no vivo de ilusiones ni de realidades, ni de palabras ni de inventos de momentos que jamás sucederán, que nunca sucedieron, vivo soñando, vivo despierta y siempre, siempre, siempre, ilusionada con el nuevo minuto que llega a mi vida, preguntando con absoluta ingenuidad: ¿qué color trae? ¿qué vestido lleva? ¿cuales son sus palabras? ¿trae buenos anhelos?
Te hablo a ti, yo no sé nada de cómo han de construirse de forma lenta los silencios y sin embargo sé qué es fácil poner luz en un pensamiento con una verdad temprana y no dejar que las fieras devoren con palabras ensañadas de rabia los escondites de un corazón sincero.
¿Sabes? te hablo a ti, porque aún sigo esperando que afrontes con dignidad tus errores para decirme: no calculé el daño, no fui previsor, no imaginé tan mala intención en la forma... no fui generoso de pensamiento, lo siento.
¡Te hablo a ti! ¿aún no comprendes? la vida ha dispuesto que hablarte así, tal y como lo hago... sea real... ¡no sea ningún cuento!
"TE HABLO A TÍ" (LÁGRIMA AZUL) Cuánto énfasis...cuánto sentimiento... Elijo dos puntos especiales: La vida no se puede ensayar, es una suma de estrenos improvisados...De ahí la sensación de no saber...que tantas veces nos invade. Hay disculpas que nunca llegan,no todos pueden, ni saben cómo...por eso es bueno tener siempre un perdón a cuenta para esos casos, para que esa espera no lastime. Pau