-¡Doctor, doctor!, ¿Cómo está mi niño?¿O acaso es una niña?... y mi esposa, ¿Cómo se encuentra?

-Tiene usted un hermoso niño, su esposa se encuentra estable ¡Muchas felicidades!

-¿Puedo verlos?

-Por supuesto, al niño lo están limpiando y su esposa está a punto de despertar, pase por aquí, solo siga el corredor y entre en el cuarto número 5.

-Gracias... Me parece tan largo éste pasillo, lo encuentro realmente interminable... ya está tan solo tengo que empujar la puerta... pero ¿Qué te pasa Alejandro? ¿porqué te detienes? No seas tonto el doctor te dijo que todo estaba bien, anda abre la puerta... Recuerdo que sentí como el cuarto se iluminaba tan solo con los ojos de Fátima, sentía tanta alegría, tanto orgullo, pero a la vez tanto miedo por pensar en la cosas que pasaban por mi mente: ¿Seré un buen padre?, ¿Cómo lo educaré para que sea una persona de bien? Y preguntas tan tontas como: ¿Qué nombre le pondremos?...

-¿Cómo estas amor?

-Cansada eso es todo, el efecto del sedante aun no ha pasado... mira tendremos un precioso niño- mientras delicadamente retiraba la cobija que envolvía al pequeño.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, lo único que pude hacer fue besar a mi esposa y tomar la pequeña mano de mi hijo –Es tan hermoso tan pequeño, ¡te amo! Es lo mas maravilloso que me pudiste haber brindado...- En ese momento Fátima no estaba escuchando, ya que estaba tan cansada que se quedó dormida; Alejandro tomó al pequeño entre sus brazos y solo lo miró, quería que el rostro del niño quedara guardado en su memoria...

-¿Cómo está el nuevo papá?-preguntó la enfermera- siento interrumpir, pero tengo que llevarlo a los cuneros, mas tarde podrá verlo.

-Por supuesto, solo, cuídelo mucho- y la enfermera lo tomó entre sus brazos, después solo desapareció entre la luz que se introducía al cuarto al momento de abrir la puerta.
Inmediatamente Alejandro se sentó sobre una silla que estaba a lado de la cama de su esposa –Te amo tanto, tu lo sabes, estuve tan angustiado, sentí por un momento que te perdía, la verdad no sé que haría sin ti, bueno, dejo de decir tantas cosas sin importancia, no quiero despertarte- aunque Alejandro sentía muy en el fondo de su corazón que algo estaba por ocurrir, algo no muy bueno; en ese momento miró el pecho de su esposa, al cual no se movía...

-¡Doctoooooor! Mi esposa no respira- 2 doctores y 4 enfermeras corrieron en su auxilio, pero era demasiado tarde, el corazón de Fátima no resistió y simplemente dejó de latir.

-Lo siento pero su esposa sufrió un infarto fulminante, si en algo lo reconforta, ella no sufrió, falleció con la muerte de los justos...

FALLECIÓ CON LA MUERTE DE LOS JUSTOS, aquellas palabras resonaban en mi cabeza y en mi corazón que en ese momento tenía un hueco enorme, imposible de llenar, mi espíritu ya no quería continuar, yo solo quería desaparecer... en ese instante el rostro que guardé momentos antes, aquel rostro angelical se reflejó en mi memoria, y mi cuerpo se llenó de tanta fuerza he ilusión que las lágrimas que brotaban momentos antes fueron desapareciendo; no lo niego estaba totalmente devastado, pero aun conservaba un motivo para mantenerme con vida...

Los 3 primeros meses transcurrieron con normalidad, aun que yo seguía vistiendo de negro y había perdido algunos kilos, no me dejé vencer y decidí dejar atrás aquella tristeza por la muerte de mi esposa, aunque no me resignaba, opté solo por guardar su recuerdo en mi corazón; muchas personas cercanas a mi me sugirieron buscar una pareja, para que así Israel creciera teniendo una madre a su lado, pero yo, yo solo sabia que jamás podría amar a alguien como amo a Fátima y que solo lastimaría a aquella persona. Pero un día, algo cambió todo, después de escuchar muchos consejos de mis familiares acerca de que no era normal que Israel aun no se sostuviera y que ni siquiera se sentara, comencé a preocuparme, así que decidí llevarlo al doctor; cual fue mi sorpresa que después de 3 días angustiosos, a Israel le detectaron Retraso Psicomotor, al principio no entendía de que se trataba, hasta que...

-Siento mucho informarle que –dijo el doctor con cierta lástima en la mirada la cual ocultaba muy bien su ética profesional- su hijo padece Retraso Psicomotor, pero no se preocupe, esto se puede disminuir con ciertas terapias y cuidados, tenga fe no todo está perdido.-

-Que tenga fe, si la fe fue lo primero que perdí hace 3 meses- Pero dígame, ¿Cómo que no se cura del todo?

-Mire señor, es importante que tenga presente que éste es solo un pequeño problema que padece su pequeño, y que con terapias y atención médica adecuadas Israel tendrá una calidad de vida como la de cualquier niño, obviamente con ciertas limitaciones.

Lo realmente difícil fue comprender que nosotros no podemos decidir lo que nos pasa, pero que si tenemos el poder de decidir que hacer con eso que nos pasa, y que las cosas son buenas o malas, pero que esa percepción depende de cómo lo asimilemos.

Los primeros meses fueron realmente agotadores, incluso estuve a punto de desistir porque acudíamos a terapia tras terapia, consulta tras consulta e Israel seguía sin tener alguna mejoría, hasta que...

-Bueno suegra su nieto esta bien, aunque sigue sin tener soporte en su cuerpo, los terapistas dicen que es normal, pero creo que... –Cual fue mi sorpresa que observé como Israel logró darse la vuelta y colocarse boca abajo, incluso pudo sostenerse sobre sus brazos y piernas por un instante. –Suegra, tengo que colgar, después la llamo- Colgué y corrí a abrazar a mi hijo; poco a poco las mejorías fueron incrementando; ahora Israel ya tiene cuatro años y 7 meses, y me siento realmente orgulloso y feliz al decir que ya puede caminar y pronunciar algunas palabras, aunque por supuesto la que mas me gusta es: Papá; aunque quisiera decir que estos no son sus mayores logros, ya que los avances realmente importantes los obtiene a diario, con el esfuerzo que realiza para poder tomar algo...

( Basada en un hecho verídico)