un dia de invierno recorriendo Los Andes, con mi auto llegando casia guardia vieja. Veo un lugar para comer y paro, alli sentado mientras observaba alos mineros chilenos almorzar. Hablo con el dueño del lugar, el me contaba una historia que existien unas brujas llamadas mandragoras,el decia que en este lugar, no habia llegado el catolicismo a tener influencia. De noche cuando las almas de los humanos duermen, ellas aparecian y adoraban al diablo con sacrificios de animales, gallinas pajaros etc. Todo aquel que las desfiaba lo atrapaban y lo hacien renunciar a dios. No voy a decir que me causo escalofrio, pero mi creencia en dios no hacia mella en descubrir eso. Un dia a la noche paro mi auto cerca de un dique, al quedarme dormido me despierta unos gritos a lo lejos, como un eco en mis oidos. Eran gritos desgarradores, risas guturales. caminado despaciosamente veo un fuego dentro de una cueva. al acercarme alguien de atras me tira sangre en la cara y escupiendome corro hasta un lugar alejado de todos mientras blasfemando a dios decian que no volviera mas alli. Solo vi en su brazo un tatuaje de una cobra. quisa el miedo pudo mas y subiendome al auto sali hacia la hosteria donde paraba. Me desperte al dia siguientebruscamente,sin saber si habia tenido una pesadilla, debido al relato del cantinero. cuando me retiro de la hosteria,se me acerca la propietaria y me dice.- Ayer durmio bien.
-!si! gracias
-Por nada contesta ella
-espero que vuelva por aqui
- no gracias creo que no vendria mas
- ¿porque?menciona ella
-no se si tuve una pesadilla o vivi una historia fuera de lo comun.
_que historia me pregunta ella
-no tiene importancia dicen de unas mujeres que las llaman mandragoras.
- riendose estrepitosamente me dice
- son fabulas de los lugareños
-creo que si contesto yo,pero igual me ire
- Al girar la cabeza veo ese tatuaje en el brazo
y con ojos sorprendidos le digo
- ud no estuvo ayer en una cueva
- imposible quiza alla visto a mi hermana gemela muerta en una de esas cuevas
lo unico que atine a hacer es agarrar mi bolso e irme.
mientras iba en el auto tanquilo
veo cruzar una sombra raudazamente y mirandome
era esa mujer que habia visto ayer.