En un pueblo llamado Arkon, a orillas del mar, existía un reino gobernado por el rey José y la reina Isabel, vivian felices con sus tres hijos varones bellos y robustos, esperaban la llegado del cuarto integrante de la familia, quien supuestamente el rey, debería de ser mujer para darle alegría y belleza a la familia, tal es asi que busco un nombre para ponerle, el cual eligió ELENA.
¡se llamará como mi madre! dijo el rey y la reina dijo ¡no!... se llamará ARTURO como el verdadero rey, ante este gesto desafiante de su esposa, el rey dijo: ¡ya veremos el día de su nacimiento!, pasaron las horas, semanas, meses y seguía la discusión por el nombre que debería llevar el próximo heredero, hasta que un día, dos de diciembre, a las dos con veinticinco de la tarde nació un varón y robusto bebe, quien para alegría de la reina, se vió cumplido su deseo y ponerle por nombre ARTURO, desilusionado el rey, miró con tristeza a su nuevo hijo y gritó a los cuatro vientos: ¡Por desobedecer mis ordenes no llevarás el nombre de ARTURO! sinó el de mi abuelo...¡HELENO!, la reina al escuchar esto lloró desconsolada por saber que nunca su hijo se llamará como ella quería...ARTURO.
Pasaron los dias y el lamento de la reina era cada vez mayor, por cuanto el rey no dejaba que se acercara a su pequeño, ante este hecho la reina buscó la forma de poder ver a su hijo...a su Arturo, como ella siempre lo quiso llamar, con su astucia logró vestirse de mendigo y asi pudo ver a su adorado hijo, con lágrimas en los ojos dijo: Bendito sea señor mi hijo,porque él será el nuevo rey.
Durante un buen tiempo, la reina siguió viendo a su adorado hijo de esta forma, acariciándolo, mimándolo y diciéndole al oido que su nombre es y será por siempre ARTURO.
Los hijos mayores del rey, estaban descontentos con la aptitud de su padre, por no aceptar la voluntad de su madre, quien desconsolada lloraba a cada instante por no saber nada de su pequeño hijo, esto motivo que los hijos; Juan, el mayor de ellos creciera con rabia y cólera hacia su padre, Pablo, el segundo estaba de acuerdo con la orden del rey y el tercero Carlos, como era todavía pequeño no entendía lo que pasaba.
Pasan los años y los hijos del rey van creciendo y con ellos Heleno (Arturo), hasta cierto día, una mañana triste y fría en que la reina fue disfrazada de mendigo nuevamente a ver a su hijo, fué descubierta por el rey, quien con tanta ira la botó del lugar y no permitió que se le acercara jamás al niño, el rey José , reunió a todos losd habitantes del pueblo y dispuso que en su reino, jamás se mencione el nombre de ARTURO, ni muchos menos a las mujeres, ponerle a sus próximos hijos ese nombre, bajo pena de muerte a los padres y al niño; desde aquel día en el pueblo no se volvió a escuchar el nombre de Arturo.
Desde entonces, la reina vió crecer a su hijo (Arturo), solamente de lejos, viéndolo correr, saltar y jugar con sus demas hermanos, cuando Heleno cumplió dos años, la reina propuso al rey darle una hija mujer para asi calmar su ira, a cambio de estar al lado de su adorado hijo, respondiéndole de esta forma: ¡Te desgraciaré por siempre si no cumples lo que prometes! echo el trato, la reina quedo embarazada y posteriormente dió a luz una bella hija, que fué la alegría del rey, a quien le puso por nombre VICTORIA, según él, porque venció al destino y a los malos augurios que le pronosticaban que nunca tendría una hija mujer, años después la reina le dió otra bella hija al rey, poniéndole por nombre ELISA, quien feliz de la vida se olvidó de todo lo relacionado con el nombre de Arturo.
La reina, contenta con la crianza de su hijo Heleno (arturo), no le volvió a mencionar su ansiado nombre, por temor a que el rey le vuelva a privar de verlo, lo educó y crió como se cria a un verdadero rey, enseñándole modales y estudios para que sea sabio y justo con sus semejantes y no haga caso a las enseñanzas de su padre, quien le inculcaba que sea duro con las personas, que aquellos que no acaten una orden deben de ser castigados y azotados delante de toda la gente, para que asi aprendan a obedecer.
Durante su niñez, Heleno aprendió a pescar y cazar y a valerse por si mismo, teniendo que enferntarse a la vida en algunas ocasiones solo y sin nadie que lo pudiera ayudar y mal visto a veces con rencor por los demas hermanos, porque era el engreido de la reina, cierto día, en que caminaba por la orilla de la p´laya, Heleno encontró vestígios de lo que pudo ser una corona, se la puso en la cabeza, se paró frente al mar y grito: ¡oidme todos los habitantes de las profundidades del mar,yo seré su rey...su rey HELENO! y empezó a reir, tanta fue su risa que terminó cansado y quedó tendido en la arena en un profundo sueño, no lejos de ahi, se encontraba su madre,quien lo seguía a todas partes que iba, y al escuchar lo que su hijo grito a los habitantes del mar, se dijo asi misma: Asi tiene que ser, tu mi hijo Arturo, tienes el alma y el corazón de un verdadero rey y te estas dando cuenta de lo que será tu futuro.
En la profundidad del sueño,Heleno empezó a ver escenas de amor, guerras y batallas en las que él se encontraba presente, pero de pronto...esas imágenes cambiaron por una noche de estrellas y con una hermosa luna llena escoltada por unos dulces y bellos ojos color miel, que lo miraban fijamente, fué esto lo que motivo que despertara bruscamente y se pusiera de pie, asustando a su madre, quien corrió desesperada a su encuentro y preguntarle lo que pasaba, Heleno le contó el sueño y preguntó:¿de quien son esos ojos?...tuyos no son madre, ni tampoco los de mi padre, ¿quien me observa desde arriba? ¿que quieren de mi?, no te asustes hijo, le dijo la reina, que esos ojos son los que guiarán tu camino hacia la felicidad y al futuro prometedor que te espera; ¿que futuro madre? pregunto Heleno; ¿acaso hay algo que yo deba saber y no me lo quieres contar?, la reina guardó silencio por un momento...después cargo a su pequeño y le dijo:cuando tu crezcas y seas todo un hombre, te contaré muchas cosas que hoy por ser tan pequeño no entenderás; y asi marcharon con dirección a su casa donde los esperaban angustiados por la tardanza el rey y sus demás hermanos, quienes preguntaron: ¿donde estuvieron?, la reina le habló al oido a Heleno y le dijo que no contara a nadie lo que había soñado.
A partir de ese día, Heleno empezó a tener el mismo sueño todas las noches, preguntándose,¿de quienes eran esos ojos color miel?... antes del amanecer, Heleno fue a despertar a cada uno de sus hermanos, empezando por Juan, el mayor; le pregunta en voz baja si es que él también tenía sueños, respondiéndole que si, y que a veces es bueno soñar, porque hay sueños que en algunas veces se convierten en realidad, ya sea para bien o para mal y no te asustes, porque los sueños no matan y aquel que pretenda hacer algo en contra de ti, tendrá que matarme primero, gracias hermano, recordaré siempre tus palabras dijo Heleno; salió de la habitación de Juan y se dirigió a la de Pablo, quien sobresaltado se despertó y encontró a Heleno...¡que haces tu aqui! le dijo, no mte molestes hermano, solo vine a preguntarte si es que tú, asi como mi hermano Juan tienen sueños...¡para eso me levantas! dijo Pablo. ¡fuera! ¡fuera! ¡fuera de aca! y no vuelvas a entrar de esa manera a preguntarme tonterias...triste y cabizbajo se retiro Heleno del lugar, pero antes de llegar a la puerta voltea y le pregunta: ¿porque me tratas asi? ¿me odias acaso hermano?..no recibiendo respuesta alguna sola una mirada fija y amenazadora, con lágrimas en los ojos y con voz entrecortada repite Heleno...me odia...me odia ...me odia.....