Desperté y no te había soñado todavía, regresé al sueño, te pensé, te llamé, grité tu nombre, lo recé suavemente y nada, tu imagen seguía escondida en aquel azul mar, de noche, bajo la clara luz de un cielo lleno de estrellas. Tu recuerdo va tomando forma entonces, cada paso que doy para alcanzarte deja una huella cada vez mas profunda en la arena brillante. Trato de seguir tus huellas, pero las tuyas se desvanecen con cada paso. Se alarga tu sombra, cambia de colores, se vulve cada vez mas azul, mas profunda y humeda. Y sin darme cuenta me encuentro sumergida entre tus olas como libre espuma viajera, renovada y gritona, disolviendome en tu azul, azul sueño.