Fue todo muy rápido, Susana entró sangrando en una camilla a Urgencias, y lo que fueron 30 minutos, para mi, que esperaba en la sala de espera para saber de mi amiga, se convirtieron eternos y profundos años....
¡Al fin! -pensé al ver salir un médico- pero no. Corrían de un lado a otro y ninguno sabía nada de ella...
En un momento en que la desesperación se apoderaba de mi, una enfermera pronunció mi nombre y yo, corriendo y con la cara llena de lágrimas me acerqué a ella.-Su amiga está muy grave, los golpes han sido muy graves y le han causado un shock, y por el momento la tenemos que tener en observación- . Fue todo lo que aquella mujer pudo decirme.
Ahora yo recordaba los momentos que mi amiga y yo habíamos pasado juntas pasándolo bien y soñando con el hombre de nuestra vida.
Que bonito fue cuando ella creyó encontrar a su príncipe, estaba enamorada, no hacía mas que hablar de él...Su noviazgo no duró mas de un año, cuando ya se habían unido en matrimonio. Desde ese momento todo dejó de ser maravilloso, y se convirtió en una pesadilla, primero el acoso, los agobios... y ahora tuvo que llegar a los golpes.
Se apoderó de su cuerpo dejándola sangrando, y la cara irreconocible, luego la dejó allí tirada en el suelo, sin ánimos ni fuerzas para moverse; esperándome, para que como de costumbre, yo fuera a visitarla a su casa para hablar y pasar el rato.
Cuando llegué la encontré inconsciente; fue tanto el miedo, de acercarme a ella y encontrarla sin pulso, tanta la rabia de saber que todo aquello era por culpa de aquel hombre, tanto temor a perder a mi amiga... corrí hacia ella y la abracé, entonces pude sentir como débilmente su corazón aún latía, corrí hacia el teléfono y llamé a la ambulancia.
Ahora mi amiga estaba casi moribunda, débil, maltratada... y él, ese desgraciado, estaba quizá borracho en un bar, quizá celebrando lo que acababa de hacer...
Cogí la mano de Susana, y ella me respondió. En voz baja, cerca de su oído de dije:
-Amiga, aquí estoy, a tu lado como siempre.
-Lo sé, yo siempre voy a estar contigo, aunque esta vez será la última que te pueda abrazar, así que abrázame muy fuerte por favor..-dijo débilmente
Me incliné hacia ella y con mucho cuidado y ternura la abracé, yo no pude aguantar y me puse a llorar...
-Tranquila amiga, mira al cielo cada vez que me necesites y sonríe, que así te veré mas fácil...
y esa fue la última frase que pude oír de sus labios...
No despertó en toda la noche, y por la mañana ya no estaba... los médico vinieron a darme la mala noticia, la puñalada en la cabeza y su alteración cardiaca no resistieron....
Adiós amiga mía, estés donde estés, siempre me quedará el recuerdo que tu presencia en mi marcó.