Pelea de gata

Un día caluroso de verano, en un parque de Barcelona, se encontraban tres hombres trajeados de unos veintiocho años arriba. Los niños que jugaban por allí siempre los veían discutir por algo. Aquel día los niños de cuatro o cinco años los vieron sentados en un banco diciendo algo de Spiderman o algo así. Uno de seis años se acercó al banco.
-¿Perdonen señores van a jugar a Spiderman?- preguntó el chico.
- Vete al peo, niño! – rugió Bartolo.
Y el niño echó a correr junto a su madre. El chavalin, le explicó a la madre lo que pasó y fue con su hijo a el banco.
- ¡Quien coño le ha dicho eso a mi Roberto!
Los tres se señalaron los unos a los otros.
- Roberto, ¿quien te lo ha dicho, cariño?
- ...... – no contestó.
- ¡Que me digas quien coño a sido hijo de puta!- exclamó la madre furiosa.
Los tres hombres se levantaron poco a poco para poder escabullirse, pero la mujer los vio y les empujó hacia el banco. Roberto estaba asustado, nunca había visto a su madre así de furiosa y soltando tantos tacos. Finalmente el niño señaló a una vieja que pasó por allí, pero se había confundido de persona. La madre del chavalin dio un salto hacia atrás y cogió a la anciana. La vieja, del susto, cayó al suelo, y se le cayeron todas las bolsas de la compra. Intentaba levantarse apoyándose en su bastón de madera, pero entre los años que debería de tener y la joroba que tenía.... la pobre vieja estaba perdida. La mujer se abalanzó sobre la vieja y le arañó la cara arrugada. La vieja intentó coger el bastón pero la madre dio una patada al bastón y este salió despedido. No tenía otra defensa. La mujer, ahora se levantó y empezó con fuertes patadas por todo el cuerpo el niño echó a correr, llorando, y la policía, al verlo, fueron corriendo tras él. Le preguntaros que le pasaba, y el niño los llevó al parque de antes. Al llegar el niño señaló a su madre y a la pobre vieja.
-Esa es mi madre.- dijo el niño contento- No sé el porqué le está pegando a esa vieja, y si no la detienen la matará, cómo izo con mi padre. Los dos policías cogieron a la mujer por los brazos y la echaron atrás, ataron con cuerdas a un árbol y fueron a socorrer a la vieja. La madre intentó deshacerse de la cuerda, pero fue inútil. Miró al banco pero los tres hombres de antes habían desaparecido.
Cristóbal, José Bernardo y Bartolo fueron a dar la vuelta a la manzana, se asomaron por una esquina y no había nadie. Pista libre. Caminaron hacia el mismo banco de antes y se sentaron. Ya volvieron a hablar de Spiderman.
-Como nos llamamos?- dijo José Bernardo
-Yo.....¡ hombre-araña....!- dijo J.B (José Bernardo)
- Pués yo... ¡Spiderman!- siguió Cristóbal.
- Entonces yo...- pensaba mientras se frotaba el mentón- Espaidermen.
No sirvió de nada en que dijeran que uno se llamaba tal y el otro tal, porqué nunca mas lo hicieron servir.
( continuará )