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Amor inoportuno

Hola. Voy a contaros lo que me pasa. A lo mejor pensáis que estoy loca, pero no importa ya; yo opino lo mismo. Y si es así, si estoy loca de verdad, entonces puedo quedarme tranquila. Pero, en fin, iré al grano:
Resulta que yo conocí a Álvaro cuando era una chiquilla y él era un chaval. Yo me enamoré perdidamente y esto le sirvió para tenerme rendida a sus caprichos. Con tal de estar con él estuve dispuesta a todo. Le daba cualquier cosa que me pedía, iba a dónde él me decía y hacía lo que él quisiera. Me entregué a él ciegamente, fui suya las veinticuatro horas del día. Al principio no me daba cuenta pero cuando fui madurando empecé a comprender que mi vida se me estaba escapando. Es verdad, yo no era feliz.
Si estaba con él tenía que soportar innumerables humillaciones. Tendríais que ver con que desprecio me trataba, de qué forma se reía de mí ante la gente. Y yo por la única recompensa de estar con él lo aguantaba todo. Algunas veces, estando bebido llegó a pegarme y a insultarme. Me llamaba cosas tan horribles que soy incapaz de decirlas aquí. Yo guardaba en secreto todo esto para que nadie hablara mal de él, o tal vez para que no descubrieran que era una tonta. Hicimos el amor muchas veces. Él se comportaba como un animal sediento de sexo. Yo fingía que me gustaba pero si so digo la verdad no sentía nada. Y lo peor de todo es que tenía la impresión de haberme comportado como una vulgar prostituta. En esas relaciones no había ternura, ni pasión. Yo intentaba darles otro sentido pero siempre acababan igual.
En cambio, si no estaba con él me sentía vacía, esperaba que llegara el momento de volver a verlo, se me hacían las horas eternas. No tengo ni que decir que lloraba mucho, la mayoría de las veces sin saber por qué.
Un buen día me atreví a hablar con Marisa, que siempre fue mi mejor amiga. Le conté lo que sentía, el túnel que era mi vida. Ella me escuchó con paciencia y me dijo su opinión:
- Carmen, yo sé que no has sido feliz nunca con Álvaro. He intentado decírtelo muchas veces pero tú has hecho siempre como que no te enterabas. Álvaro no te quiere, es una bestia que no tiene sentimientos. Además el día que estés viviendo con él será capaz hasta de pegarte, te lo digo yo. Quienes lo conocen de verdad dicen que es un chulo, un violento. No hace falta que yo te diga que es un borracho. Tienes que abrir los ojos, Carmen. Te aseguro que si lo dejas te alegrarás. Es posible que al principio te cueste, que sufras, que lo eches de menos. Pero después tú misma valorarás lo que has ganado.
La verdad es que no tengo palabras con qué agradecerle a Marisa que fuera tan sincera conmigo. Hablé con Álvaro y le dije que no podía seguir con él. Para mi sorpresa no se inmutó. Es triste reconocerlo, pero le dio exactamente igual. Me demostró que yo nunca le había importado nada.
Pasé mucho tiempo atrapada en una depresión. Fui saliendo de ella gracias al apoyo de mi familia y de Marisa que se comportó siempre como una verdadera amiga. Pero cuando me recuperé empecé a sentirme viva. A saborear la vida como nunca lo había hecho. A salir y divertirme sin tener que soportar humillaciones ni golpes, a estar tranquila sin darle vueltas a la cabeza, a pensar en el presente sin miedo de perder nada y sobre todo a valorarme a mí misma y descubrir de cuántas cosas yo era capaz. Por eso digo que empecé a sentirme viva, hasta entonces yo era una muerta que se estaba pudriendo día a día en el sepulcro de Álvaro.
En estas circunstancias conocí a Arturo. Tengo que reconocer que tenía miedo de enamorarme, llegué a pensar que todos los hombres son iguales. Pero ¡qué equivocada estaba! Arturo sabía hacerme sentir en cada momento que era la persona màs importante de la tierra. No se avergonzaba de decirme te quiero. Además lo decía mirándome a los ojos con una dulzura que me excitaba como nunca yo había sospechado. Sus caricias, tan sinceras, su forma de desvivirse por mí. En pocas palabras: Arturo hizo de mí una mujer feliz.
Un buen día me pidió casarse conmigo y mi corazón iba a estallar de alegría. Toda la gente me empezaba a parecer maravillosa. Todos los días me parecían hermosos. Si llovía pensaba que la lluvia era preciosa, si hacía sol era el día más hermoso que había visto.
Cuando hacía el amor con Arturo lo vivía intensamente. Entonces comprendí de verdad lo que era el sexo. El sabía introducirme en el séptimo cielo, con sus palabras de amor llenas de pasión, sus besos, sus caricias. No sólo conseguía que no me sintiera una prostituta sino que me sentía más mujer, más digna y respetable.
Me casé con Arturo y tuve con él, tres hijos. Tendríais que verlo con los niños. Era un marido maravilloso y un padre ejemplar. Siempre tuve por su parte todo el apoyo para hacer lo que creyera más oportuno.
No es que todo fuese perfecto, también habíamos tenido una que otra discusión, pero cuando se pasaba, él siempre venía a buscar la reconciliación, aunque la culpa fuera mía. Arturo estaba llenando mi vida de felicidad y eso no podía durar. No sé por qué pasan las cosas para que, de la noche a la mañana, se venga abajo todo nuestro mundo.

Hace una semana fuimos de boda Arturo y yo con los niños. Y mira por donde, allí estaba también Álvaro. Creo que no había vuelto a verlo desde que rompí con él. Estaba tan bruto como siempre. Además en este tiempo ha engordado, y se nota que no tiene una mujer que lo cuide. Se podría decir tranquilamente que no es para nada un hombre atractivo. Estaba borracho y olía apestosamente a alcohol. Aprovechó que Arturo había salido a ver dónde andaban los niños y se acercó a mí para decirme que yo había sido el único amor de su vida. No me extraña: tan bruto, tan poco romántico, tan egoísta... ¿Quién iba a querer torturarse con un hombre así? Me contó que vivía solo y que trabajaba por su cuenta en un taller de hierros que le servía para salir adelante. No quiso que yo estuviera incómoda y se marchó casi enseguida. Pero a partir de entonces ha comenzado mi tragedia.
Esa noche la pasé en blanco, no podía dejar de pensar en él. Miraba el teléfono y estaba tentada de hacer una llamada... después miraba a Arturo y pensaba todo lo que él representaba para mí. Arturo es el hombre que me ha liberado, que me ha llenado de dignidad, además, es el padre de mis hijos. Arturo es guapo, elegante, romántico. Por eso se merece que me entregue a él y le dé mi vida. Pero yo sigo amando perdidamente a Álvaro.
Esto lo vivo en silencio. No se lo he contado ni siquiera a mi amiga Marisa. No quiero que nadie jamás sepa lo que me pasa. Pero no puedo ya dejar de pensar en Álvaro. Hasta siento compasión al verlo tan descuidado, tan desaliñado y tan bruto. Me da pena que no haya encontrado una mujer que lo quiera. No puedo quitármelo de la mente. Voy por la calle y miro a todas partes para ver si pasa por allí. He estado a punto de ir varias veces al taller donde trabaja.
La otra noche hicimos el amor Arturo y yo. Él era como siempre apasionado, cariñoso y yo imaginé que era Álvaro quien estaba conmigo. Desde entonces tengo la sensación de haber sido infiel a Arturo. Cuando él viene tan amable, tan educado, cuando está siempre disponible, cuando atiende a los niños... más difícil me lo pone. Mi sentimiento de culpa es cada vez mayor. Arturo se merece todo mi amor y toda mi persona pero mi corazón no tiene lugar nada más que para Álvaro.
Cada noche sueño que estoy con Álvaro, que ha cambiado y me quiere de verdad. Hasta soñé una vez que Arturo había muerto y yo corría a buscar a Álvaro para decirle que estaba libre. Después me desperté y empecé a llorar. ¿Cómo he podido tener un sueño así? ¿Cómo puedo seguir amando a quien destrozó mi vida? ¿Por qué me está pasando esto?
Cada día intento parecer alegre, tengo mucho miedo de hacerles daño a mi marido y a mis hijos. Pero dentro de mí se está librando una batalla de muerte.
Esta es mi historia. Una historia terrible que tengo que vivir en absoluta soledad, porque ahora sí que no puedo contárselo a nadie. Solo callar y tratar de que nada se sepa.
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 6.28
  • Votos: 57
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Crystal I
invitado-Crystal I 21-07-2003 00:00:00

por un cuento estupendo. Apenas me quedan elogios para el autor. Da gusto que te atrevas con todos los generos y nos tengas siempre en vilo hasta el final. Sigue así

rita
invitado-rita 22-06-2003 00:00:00

excelente historia! t felicito! solamente espero q no sea verdad por q q fea vida!

Cecilia A. Camba
invitado-Cecilia A. Camba 20-06-2003 00:00:00

Me pareció una historia atrapante, interesante, muy bien narrada... Me gustó mucho. Y respecto al autor... qué puedo decir, sabe obtener la atención del lector en distintos géneros. Muy bien.

Juan Andueza G.
invitado-Juan Andueza G. 19-06-2003 00:00:00

Pero muy buen desdoblamiento y muy creíble juego literario, en especial con cambio de género del autor. Felicitaciones.

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