Cuántas veces nos preguntan... ¿quien es el amor de tu vida?
y hoy quiero contestar a esa pregunta...

El amor de mi vida, siempre estuvo muy cerca de mi.

El amor de mi vida llegó a mi vida al mismo tiempo en que descubrí que jamás podría sostener en mis manos una estrella. El amor de mi vida acunó mis pensamientos con sabiduría desde el preciso instante en que comencé a pensar en mi misma, me fortaleció en la debilidad y modeló en mi cuerpo la escultura de un deseo, me amó apasionadamente a respiraciones entrecortadas y me deseó en el más absoluto de los silencios; me creó por dentro de su imaginación y me entregó la Luna envuelta en lazo plateado para que al desenvolverla me llenara de blanca luz, también me regaló el Sol para que al verlo nunca olvidara la fuerza de su calor.

El amor de mi vida resumió en un abrazo mis penas, con sus manos calmó mis ansias, con su voz suave y sin prisa dispersó las furias de un dolor, con su cuerpo me hizo mujer, con sus labios me hizo sonreir a besos, vibré con una simple mirada suya, rajó mi vida de parte a parte con la eterna e ilusionada esperanza de no volver a cometer nunca el error de no sentirme querida. El amor de mi vida, aprendió a desear dulzura donde imperaba la ley del más fuerte, aprendió a amarse y a valorar el poder de un pensamiento puro. Abrió los ojos a una verdad y los cerró para siempre a un desencanto, respiró hondo y saltó.

El amor de mi vida, estuvo siempre en mi, velando y cuidando en mi el interior de una caricia.

Aún me quedan por vivir muchos amores especiales, tal vez tan deliciosos y enamorados como el amor de mi vida...

Al verme tan segura y decidida a defender lo que digo, muchas veces me preguntan... ¿porqué sabes que ese es el amor de tu vida?

Yo, sonrío, y tratando de explicar con palabras lo inexplicable tan solo acierto a decir...

"Es fácil descubrir a un sabio... todos los necios se conjuran contra él".

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Nota de autor: esta última frase no sé de quién es pero me la dijo un amigo hace tiempo, alguien a quien quiero como si fuera un hermano, y añadió con ella algo así: cuando quieras saber si algo es auténtico en tu vida recuerda esto: no abunda, es complicado de entender, provoca envidias, has de ser fuerte porque no hay límites para tratar de destruirlo y probablemente nunca obtendrás ningún premio por conseguir que no lo destruyan... pero será la mejor verdad que hayas podido conseguir para tu vida nunca y con el paso del tiempo en vez de morir... ganará en belleza y lealtad.

Tengo ganas de decirle a ese amigo: tenías razón. Ojala un día pueda decirle... que tenía razón.