AMY, LA CASA DE LAS MUÑECAS
Sarah tenía el cabello rubio con rulos y los ojos azules como los de una muñeca. Era preciosa y siempre iba al colegio con su vestido azul de seda y el cabello suelto con una media cola en la parte de atrás. Tenía siete años y lo que más le gustaba eran las muñecas, las amaba y tenia de todas clases; de trapo, de porcelana, de plástico, en fin. Su madre se las había comprado todas y su padre, como era carpintero, le había construido una casita para que juegue con ellas y las guarde cuando vaya a dormir.
Ese viernes, Viviana la levantó sacudiéndola fuertemente.
- Vamos niña, debes ir a la escuela, ya estoy cansada de que no te levantes a tiempo, después tu madre me hecha la culpa a mí porque vienes con esas notas en el cuaderno.
Sarah se levantó y lo primero que hizo fue cepillarse el pelo y ponerse su vestido. Luego todo lo demás y bajó las escaleras para desayunar. Allí su madre la esperaba sonriente con su leche chocolateada y las masitas de vainilla.
- Hola, mi muñequita preciosa ¿cómo dormiste?- la recibió con un fuerte abrazo pero esta seguía con esa cara de expresión seria
- Es Amy – susurró ella.
La madre cambió su sonrisa por un rostro de advertencia.
- Basta con Amy, ya estoy cansada de esa historia. Amy es tu primer muñeca de trapo pero no esta enojada porque te compré las otras más modernas- dijo con dureza y luego se arrodilló poniendo una sonrisa de dulzura- las muñecas no hablan, Sarah.
- Dijo que queme a todas las demás porque sino te iba a matar- ella seguía con la cara seria.
- ¡¡Basta!! -dijo la madre azotando su puño contra la mesa y volcando la taza de leche- hace dos semanas que me vienes diciendo esto y Amy nunca me mata ni me va a matar porque solo es una estúpida muñequita de trapo antigua y vieja que no tiene vida y la próxima vez que me vengas a decir algo sobre Amy te saco todas tus muñecas y se las regalo a tu prima Amanda.
Una lagrima rodó por la mejilla de Sarah.
- Lo siento... yo- se avergonzó la mamá- ¿Estas bien Sarah?
Esta señaló la escalera alfombrada y en uno de los últimos escalones, Amy estaba sentada con sus dos trencitas pelirrojas y su vestidito rosado marcando una mueca recta en los labios y con los ojos fijos en la madre de Sarah.
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Como era de suponer llegó tarde a la escuela. La maestra la regañó de mala gana y luego le dijo que se ponga su disfraz que debía traer para ese día. Como Sarah había tenido esa discusión con su madre olvidó informarle sobre esto y supo que si le decía eso a su maestra, Lidia, esta iva a citar a sus padres y en su casa, de castigo, no le dejarían jugar con sus muñecas por una semana ya que eso era lo que más amaba y le dolía que hicieran.
De repente, Sarah, comenzó a sentir calor, mucho calor, como nunca antes y eso que era el día más frío del año. Tuvo miedo de que le pasara algo y corriendo le preguntó a Lidia si la dejaba ir al baño. Esta la miró con una expresión extraña y luego de unos instantes le dijo que si y siguió ayudándole a Lucy con su vestido de princesa. Pasaron cinco minutos y como Sarah no volvía la maestra nerviosa y a la vez preocupada fue a buscarla. La encontró desmayada en el suelo, un grifo abierto y al lado sentada en el piso una muñeca con trencitas pelirrojas y un vestidito rosado.
Una vez que la niña se había recompuesto, la maestra le dio agua de beber y llamó a sus padres. Al llegar todos se reunieron en el salón ya que las otras alumnas se habían retirado y en medio de la pequeña mesa la sentaron a Amy que ahora sonreía como nunca con una cara colorada y tierna.
- ¿Qué fue lo que pasó, Sarah?- preguntó la madre incrédula.
- Fue ella- dijo señalando a la muñeca de trapo.
- Haber, explica todo desde que te fuiste hasta el baño hasta que te desmayaste- le pidió Lidia.
Por un momento Sarah la miro como desconfiada. Luego empezó su relato que no duró mas de 3 minutos.
- Yo estaba jugando con Marie cuando comencé a sentir mucho calor y fui a preguntarle a usted- dijo mirando a la maestra- si podía ir al baño. Cuando abrí la puerta sentí una risotada y supe con quien me encontraba pero no le di importancia pues nunca pensé que me haría daño. Abrí la canilla y me dispuse a lavarme la cara para que se me vaya el calor, estaba secándomela con mi toalla cuando algo me golpeó por detrás. Me di vuelta y la vi, estaba parada con las manos en la panza y una mueca de horror. Me dijo que escuchó lo que me dijo mamá sobre ella y que tenía 2 días para despedirme. Luego me agarró del pie y me tiró para delante con una fuerza que yo jamás hubiera imaginado que tenía y luego lo que vi fue una oscuridad inmensa, me desmayé.
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La madre preocupada había decidido llevarla al psiquiatra para que trataran con ella porque ya ese asunto de la muñeca se estaba saliendo de control y la estaba volviendo loca. Pero cuando su padre se entero decidió que eso no podía ser y una noche, ya decidido, lanzó la muñeca al tacho de basura y lo sacó fuera de la casa, giró la llave de la cerradura y se fue a acostar.
Sarah no se podía dormir, sabía que Amy la estaba observando de donde estese. Tenía miedo de levantarse para avisarle a sus padres cuando sintió unos pasos hacia su dormitorio y bajo su puerta una sombra tapó la luz que estaba encendida. El picaporte giró lentamente y una figura baja con ojos rojos estaba parada allí. No cabía duda de que era Amy. Olía muy mal y una de sus trencitas se había desarmado. Alguien la golpeó por detrás en la cabeza y esta se desmayó.
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Habrían pasado dos horas cuando Sarah se levantó. Estaba frente a una casa enorme, lúgubre y tenebrosa. Tenía miedo de todo y después de unos minutos se vio caminando ella misma hacia la entrada de la mansión. Tomó el picaporte con ambas manos y lo hizo girar. La puerta se abrió de par en par con un crujido suave y lento. Se quedó parada, como petrificada y con los ojos puestos en un punto fijo. Cuando reaccionó dio unos pasos hacia delante. Vio una llamativa escalera alfombrada con un felpudo de terciopelo rojo. Se le hacia familiar ese lugar pero no sabia de donde, tal vez de algún sueño.
Comenzó a recorrer la casa a oscuras, no divisaba ningún movimiento ni una presencia humana. Temblaba, no sé si de frío o de terror; lo que causaba estar allí era algo espantoso. Subió las escaleras después de haber conocido todo el piso de abajo, apoyando su mano por el pasamanos y tarareando una melodía de su cajita de música con la bailarina de blanco que salía por detrás del telón.
Llegó, así, a una habitación con la puerta semi abierta por la cual ella espió haber donde se encontraba. Vio una habitación llena de muñecas, eran millones pero todas de trapo y en ella una niña cantaba jugando con una que por lo que ella vio era su favorita, rápidamente la reconoció como Amy.
La niña giró la cabeza hacia la puerta y dijo:
- Amy quiere que juegues con ella.
Tenía una voz tan dulce que parecía de un coro de ángeles.
- ¿Amy? Yo no quiero estar con Amy, niña ¿cómo te llamas?
- Amy quiere que juegues con ella.
- ¿Quién eres tu? ¿Dónde están tus padres?
- Me llamo Jenny y mis padres murieron en el incendio de 1984 ¿recuerdas?
-¿Si recuerdo? Yo no estaba para esa fecha. No había nacido.
- Amy quiere que juegues con ella, dice que ya mató a tu madre tal como te lo había dicho y no quiere matarte a ti, solo quiere que juegues un rato con ella.
- ¡Nunca! Amy es la primer muñeca que tuve y la que más odio. No la quiero ver nunca más.
- Deberías arrepentirte de lo que dijiste, Sarah.
La muñeca tomando control saltó de los brazos de Jenny que reía sin parar. Lo único que vio a continuación fue que del techo caían pétalos de margaritas que luego se convirtió en sangre que empapó sus ropas y le mancho su cara. Se arrodilló porque sintió un fuerte dolor en su espalda. Apretó los ojos muy fuerte y luego todo fue cesando. Sarah estaba muerta.
Fin
Bueno, gracias. Espero que les haya gustado y muchas gracias por leerlo, por favor dejen su comentario que yo todos los días voy a pasar por aquí para leerlos. Los quiero
Bye!
Brit
yo como lectora este cuento me gustaria saber si este cuento paso en la vida real o si solamente fue inventado porque la verdad es muy interesante sobre eso de la mucheca. y sabes tambien a mi me an pasado cosas muy extrañas y la verdad muy escalofriantes. bueno esto es todo