¿Los habéis visto? Negros sus troncos, retorcidas sus ramas, sólo sus raices se aferran a la tierra, esperemos que su savia no se haya secado.
Es desolador ver como queda un bosque cuando el fuego se extingue. Las cenizas en el suelo de tantos animales que habrán quedado calcinados al no poder escapar. Ellos, esos animales, quizá insignificantes le darán verde a los pinos, como dice Serrat en su canción Mediterraneo, pero han de pasar muchos años para que de nuevo haya verdor en el bosque.
Los bosques quemados, los riós contaminado. Los que nos quedan hemos de cuidarlos, todos podemos hacer algo. No podemos parar el viento cuando sopla y aumenta las llamas, ni evitar los vertidos que por error o intencionadamente manchan las aguas de los ríos o los arroyos, pero todos podemos tomar conciencia y no descuidarnos ni inhibirnos cuando vemos que alguien atenta contra la naturaleza.
Siento no poner hoy fantasía en estas palabras, no contaros un cuento de hadas o duendes. Ojalá pudiesemos recurrir a la fantasía para paliar algunos males y por arte de magia devolver al bosque su belleza o limpiar las aguas de los ríos.
Confiemos en los seres humanos que son tan importantes como los bosques y los ríos.
...Con aromas y color/con pececitos y ranas/con flores de cundeamor...Pero un día se fue secando/ por el fuego destructor/ y llorando entre las piedras / un día desapareció. Asi dice la canción del compositor Enrique Hidalgo, el cual se complementa de manera precisa con el mensaje de tu cuento. Verdaderamente tratar de salvar la naturaleza, es sin duda un intento grandioso para salvarnos todos. Buen mensaje amiga. Saludos.