Nacemos ciegos, ciegos a todo el daño que puede hacer el mundo y las personas que habitan en él. Como saber en ese momento la alegría que te va a causar ver a la persona que amas y luego la tristeza con la que lo ves partir. Cuando eres niña, todo es como tú quieres; puedes ser aquella princesa que una bruja encantó y que espera pacientemente a un príncipe que rompa el encanto. O talvez solo ser tú pero entrando en ese castillo que es tu vida. Colgados de la pared están tus mas tristes recuerdos, cuando te caíste, todas las veces que te peleaste con tus amigos, cuando perdiste a ese ser que amabas, etc. Cuando subes, encuentras tu habitación y en ella, el armario, lleno de cosas que alguna vez te dieron felicidad, en el tocador, fotos que te llenan de recuerdos tristes y alegres a la vez. Empiezas a llorar pensando que en tu vida solo ha habido momentos tristes, de pronto, sientes que alguien se acerca: ¿Quién es aquel que llora si quiera saber el porqué? ¿Es acaso la dueña de este castillo?
Entra y de pronto te abraza y te lleva de la mano hasta la escalera, bajas al primer nivel, tú ya no quieres ver aquellos recuerdos dolorosos y cierras los ojos, sientes que bajas por una gran escalera que parece no tener fin, luego, invadido por una cálida brisa, abres los ojos, te encuentras en lo que se asemeja a un sótano oscuro y casi abandonado, hay un baúl un poco mohoso en un rincón de la estancia, te acercas pero te da miedo, te decides y lo abres, encuentras todos tus recuerdos felices, todos, la primera vez que viste a la persona que amas, tu cumpleaños favorito, tu primer beso, el día en que ganaste un premio, etc. No quieres salir de ahí, todos tus miedos se han ido y la tristeza se han ido, y te sientes feliz. Pero ese sueño acaba y tu vuelves a la realidad, vuelves a ser ciego, al dolor o la alegría que puedes sentir en un futuro, pero sigue adelante, no te rindas porque ahora sabes que si bien eres ciego al futro, no lo eres al pasado, tienes recuerdos felices a los que apoyarte en los momentos difíciles y de los cuales aprender a ser humilde y generoso, y recuerdo tristes de los que aprendes bastante, aprendes a rectificar errores, saber enfrentar los problemas, saber enfrentarlos con mucho valor y sin tanta temeridad a la vez. No temas a seguir, pero tampoco seas tan avesado, sigue adelante y nunca te rindas, no temas, ten curiosidad si, pero no seas demasiado curioso. Solo sigue y deja que la vida y las experiencias se encarguen de hacer sus funciones. Tú solo vive y no tengas miedo a tus sentimientos o recuerdos.