Fue un día que jamás olvidaré, es más creo que fue un sueño… si lo llego a pensar, nunca hubiera hecho tal cosa… ¿qué si creo en el destino?... Ahora no sé que creer… Todo fue especial, mágico… ¿Existen los príncipes? Pues yo encontré al mío….
Llegué en el último momento, quedaba una plaza libre en aquel hotel de montaña, todo era muy rustico sacado de una película, estaba en los Alpes suizos pasando las vacaciones de navidad y había quedado ahí con unos amigos. El hotel era pequeño pero acogedor… no tendría mas de 20 habitaciones, pregunté y mis amigos no estaban, me habían dejado tirada ahí sola, se habían ido a otro hotel mas grande…. En una nota me lo explicaban todo, ya era tarde para encontrarme con ellos así que decidí quedarme a pasar la noche en aquel hotelito tan acogedor, fuera nevaba y hacía un frío de mil demonios, no tenía ganas de salir… eran las seis de la tarde y anochecía….
Fue en el pequeño comedor del hotel cuando le divisé por primera vez, me llamó la atención su risa… era deliciosamente agradable… en esos momentos no tenía muchos motivos para reírme, le envidié por poder demostrar así su alegría, yo era una chica tímida y controvertida, normalmente hacía todo lo posible para no llamar la atención, tenía miedo a los desconocidos, por eso en asuntos del corazón tenía poca experiencia, y la que tenía no era muy buena… Traté de ocultarme de todos sentándome en un rincón del restaurante, tenía ganas de tomarme un chocolate bien caliente, todavía tenía los dedos helados de frío, tardaba en entrar en calor…
Con mi taza de chocolate, miraba discretamente a aquel risueño joven, era en verdad atractivo, pelo rubio oscuro… ojos color chocolate , nariz fina y aguileña y una boca perfecta la cual no dejaba de sonreir mostrando su dentadura perfecta… él para mí era un imán, no podía dejar de mirarle, iba vestido informalmente, un jersey de lana y unos pantalones de pana oscura, de complexión atlética… aunque estaba lejos de mí, sabía que era alto, era intuición… Me di cuenta que mi mirada se notaba ostensiblemente, y rápidamente giré la cabeza para observar el atardecer en las montañas, que bonita postal pensé, la luz del ocaso se reflejaba en la cristalina nieve, pensé que no había nada mas puro que la nieve… estaba totalmente distraída pensando en lo bonito que era ese lugar que no me di cuenta que aquél joven se había sentado a mi izquierda en la misma mesa…
No lo olvidaré mientras viva, giré la cabeza y sorpresa, me encontré con su mirada fijada en mi rostro y con su sonrisa…
Se reía, eso me turbó, pensé que se reía de mi…. Pero rápidamente, me sacó de mi error, se disculpó por si me había asustado y se presentó… se llamaba Alain era francés y estaba de vacaciones también, entendía un poco el francés pero le hablé en español, él seguía riendose…. Me preguntó si estaba sola, esta vez lo hizo en un castellano casi perfecto con un acento francés encantador… su sonrisa me cautivaba, me distraía y me hacía quedar como una tonta… eso me enfurecía conmigo misma… casi ni le contesté, entre balbuceos le dije mi nombre, él lo repitió y sonó como música celestial en su garganta… Angelique en francés… Angélica en español…
Poco a poco fui perdiendo la vergüenza y los nervios se fueron disipando y mas relajada conversamos durante casi una hora, él me explicó a grandes rasgos su vida, su trabajo, su familia… el motivo que le había traído hacia aquel lugar, en fín… así nos conocimos… casi no hablé no hacía falta, estaba totalmente embelesada por el timbre de su voz y por su dulce sonrisa, era encantador…
Quedamos para encontrarnos a la hora de la cena, no quedaba mucho tiempo así qué subí rápido a cambiarme, no tenía nada que ponerme para tal ocasión… me resigné a ponerme los vaqueros claros y un jersey de punto de color granate, no me hice de rogar … y a la hora exacta estaba esperándole… repasaba mentalmente todo lo que él me había contado de su vida, era muy raro que estuviera sólo, pensé… pero había cosas mas raras…
Entró como un huracán, con su característica sonrisa de oreja a oreja, iba vestido informalmente mas o menos como yo, parecía que hacíamos conjunto… Cenamos y charlamos animadamente, él entendía de vinos, me habló que su bisabuelo había sido un gran terrateniente antes de la segunda guerra mundial pero que lo perdió todo… de ahí su afición al vino… me contó que su gran pasión era la pintura y por eso estaba allí, porque quería pintar, buscar escenarios adecuados y qué mejor que las montañas nevadas me dijo…
Era un bohemio, amaba la libertad se comparó con un pájaro que no quería perder sus alas y por eso estaba solo, le gustaba la soledad era su gran amor…. Estaba un poco tocada, no acostumbraba a beber y los tres vasos de vino de la zona me habían alegrado mas de la cuenta, me sentí atraída y desinhibida…. Después de la cena me propuso ir a bailar al salón, yo no sabía bailar, me excusé y le dije que no, que era demasiado torpe, no perdió la sonrisa y cogiéndome de la mano me llevó a bailar, me susurró en el oído que él me enseñaría todo sobre el baile… esa frase me pareció de doble sentido, pero no me importó, estaba ahí sola y quise divertirme… qué mas daba lo que hiciese, no había nadie que me juzgara…
Era un perfecto bailarín, bailaba todo lo bailable… él me llevó a la perfección… todo fue maravilloso jamás supuse que pudiera bailar así… pero lo mas apasionante fue su tacto, sentía como su brazo me cogía tiernamente la cintura, sentía como sus dedos reposaban en mi espalda y me acariciaban de vez en cuando… en todo momento lo sentía, sus ojos, su sonrisa… el mechón de pelo que le caía en la frente…. A la poca luz que había me pareció el hombre de mis sueños, la música iba siendo mas lenta cada vez, y él se acercaba más y más… mis manos alrededor de su cuello le aferraban más hasta que por fin su boca y la mía se juntaron, para mí no hubo mas música que él… Alain jamás olvidaré ese nombre, tan cadencioso y tan agradable…
Fue un beso tierno, lento, sin prisas, lo hacía también casi se me había olvidado lo que era sentirse besada… ¿Me enamoré ahí en medio de la pista de baile?... pienso que sí…
Acabamos el baile en su habitación, delante de la chimenea… No hicieron falta las palabras, sobraron… Nuestras miradas lo decían todo, nuestras caricias nos animaban… y nuestras bocas… hablaban el idioma universal… el de la pasión, si… lo quería… si, ahora… no me importaba el mañana, era ahora o nunca…
Con la luz de las llamas reflejándose en nuestros cuerpos nos amomos con pasión, nos devoramos con hambre en fin nos dimos cada uno al otro… en eso se resume …
Me desperté todavía a oscuras, estaba encima de una alfombra y tapada con una manta, tenía a mi lado acariciándome el pelo a Alain… noté su mirada en la oscuridad, solté un suspiro y me junté mas con él.. susurró mi nombre… Angélique que bien sonaba en él…me cogió de la mano y me hizo levantar… Estaba amaneciendo…. Los débiles rayos del sol asomaban por el este… estábamos totalmente desnudos, me llevó junto a la ventana y cogiéndome en brazos empezó a bailar… sin perder la sonrisa… mientras amanecía nosotros bailabamos y mientras bailabamos nuestros cuerpos fueron juntándose, y ya no importó ni el frío… ni que no hubiera música para bailar…