Estimados lectores, tal vez algunos de ustedes ya se habrá dado cuenta de mi reciente incursión en el mundo de la fábula, respetando la composición en verso, que es en definitiva quien le dió su verdadera categoria literaria, moralista y didáctica. Al parecer este antiguo estilo no ha logrado calar en el gusto de las generaciones actuales. Por tal razón haré un intento de Fábula sin sujeción a la rima,a ver que tal nos vá.
"Barbas y Petañas"
La barba cuando comienza a salir en las mejillas de los varones, nace con vellos suaves y dóciles que poco a poco llenan las mejillas masculinas de presencia varonil. Entonces por rázones, tal vez de cultura, o de estética, se recurre al afeitado para eliminar ese vello que cubre el rostro. Así sin darnos cuenta ese vello suave se hace cada vez más grueso, más rebelde y más poblado. En definitiva la envidia es como la barba, mientras más la rasuremos con ánimos de eliminarla, ésta se hará más fuerte y resistente.
Debemos dejar que ese sentimiento maligno de la envidia sea como las pestañas, que nadie las corta, nadie las rasura y ellas sólo crecen hasta cierto punto y no representan ningún peligro que obtaculize nuestros ojos.
Démoles a la envidia el tratamiento de las pestañas y no de las barbas y veremos que ella sola llegará a su punto culminante sin dañar ni herir nuestras vidas.