Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla.
Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.
En un recodo del camino leyó un letrero que decía:
- "Le quedan dos meses de vida"
Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo:
- "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean"
Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.
Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande;
conocerse a sí mismo y aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.
Y en su mente recordó aquel proverbio que dice:
"Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuanto sufrimos por lo mucho que anhelamos"
¡Sé feliz antes de que se te haga demasiado tarde!
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saludos...
Lord Oskar
Me pregunto si también es un PLAGIO este texto, como ocurre con UN PEQUEÑO CUENTO DE AMOR. Soy ALBERTO PISA ALLUÉ y soy el VERDADERO AUTOR de dicho cuento, que en realidad se llama PEQUEÑO CUENTO DE AMOR (sin el “UN” delante). Escribí el cuento hace bastantes años y lo tengo inscrito en el REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL..., por lo que me reservo el derecho a emprender acciones legales. Me parece muy triste que haya gente que se dedique a robar la propiedad intelectual de otros.