Érase un hombre un poco corto en el arte de la escritura y que quería conquistar a su amada. Era verano, los papeles inservibles revoloteaban en su estancia movidos por la fuerza del ventilador. Dijo: este no vale y lo apretó entre sus manos, lo tiró en dirección a la papelera y cayó al suelo como tantos otros.
Dijo: tengo que encontrar algo que rime con verano.
paisano
Temprano
Valdano
platáno.
No encontraba nada que le sirviese. Cuando de pronto vio el montón de papeles y se imaginó un manto de colores, los pintó y se los presentó a su amada. Ella respondió con evasivas pero los cogió y se despidió de él. Después en su intimidad empezó a desliar cada uno de los papeles y al ver lo que en ellos estaba escrito, reconoció el cariño, el amor y la pasión que recibía.