- Te arrepentirás, le repetía una y mil veces, mientras Carla trataba de ocultar el terror que invadía su cuerpo.
Todo comenzó en la madrugada justo a las doce, la hora mas callada, la hora donde suceden cosas paranormales y uno nunca se explica como suceden. Ella estaba sentada en su sillón, tenía que juzgar otras 5 películas, pero no se concentraba. Decidió ir a la cocina a prepararse un café, estaba sola en la casa, su esposo había salido de viaje de negocios y decidió quedarse a ver las estúpidas películas de sus empleados. Era un poco tarde como para hacerse la cena, pero no había comido nada en todo el día, ella necesitaba hacer algo. Cuando terminó de tomarse el café, se dispuso a hacer la cena.
Empezó a pelar las papas, pero por un descuido, se ha cortado un pedazo de piel de la mano, haciendo brotar unas gotas de sangre sobre la tabla de la cocina. Se dirigió al fregadero para retirar con agua la sangre que quedaba en su mano y calmar el dolor que aún quedaba. La herida era profunda no se quitaba, por mas que ella le echara agua.
- bueno, al menos alivie el dolor, iré al baño por alcohol y gasas. se dijo mientras se veía la herida.
Cuando llegó al baño, abrió la tapa del alcohol, pero por otro descuido se chorreo todo en el lavamanos y parte en su mano. ¡que desastre! Exclamó viendo su lavamanos, extrañamente el líquido cambio de color al tener contacto con el agua, se convirtió en una sustancia viscosa de color amarillo que hacía un circulo. Inmediatamente le hecho agua, pero se hacía cada vez mas viscosa. Terminó por recurrir al cloro, que acabó con esa cosa fuera lo que fuera.
Al menos su herida dejo de sangrar, se dirigía a la cocina y en la sala encontró un gatito negro con ojos fijos, como si estuviera apunto de cazar a su presa. Ella asustada agarra al minino y sale de la habitación.
- Como has llegado hasta acá pequeño, vamos a devolverte a afuera.
Abre la puerta y saca al minino. Se devuelve a la cocina y sigue haciendo la comida, eran las 12:30, estaba pensando como habría llegado el gato hasta su casa. Prepara la cena y come, ya eran las 12:40. Trato de concentrarse en la película pero no pudo. La invadía un calor inmenso, y todavía pensaba en el pequeño gato que había parado en su sala. Decidió bañarse, aun no tenía sueño. Se refrescó bastante y salió de la regadera, mientras se secaba vio una sombra detrás de la puerta del baño. Quien podía ser, si estaba ella sola en la casa. Estaba muy asustada, le temblaban las piernas, y estaba en un estado de parálisis total. La sombra se había retirado, pero ella seguía asustada. Caminó hacía la puerta y lentamente giro el picaporte, pero al otro lado de la puerta no había nadie. Se vistió y salió a la sala. Sonó el timbre, estaba asustada, quien podía ser a las 12:45 PM. Se levantó del sillón, y se dirigió a la puerta, sus pasos eran lentos, sonó otra vez el timbre, ella angustiada agarro la llave, le temblaban las manos, pero introdujo la llave en la cerradura, giro el picaporte y sólo le faltaba levantar la aldaba para poder abrir el portón. Finalmente se calmó y decidió abrir la puerta. Levantó la aldaba, y abrió el portón.
- aaaaaaaaaaaaaa!
- Tranquila Carla, soy yo, Bárbara.
- Menos mal que llegaste Bárbara, ven, pasa adelante.
- Gracias. Pero ¿por qué estas tan agitada?
- Es que me han sucedido un montón de cosas extrañas hoy.
- Cuéntame.
Carla le contó a Bárbara todo lo que le paso, pero ella no le creyó, y dijo que seguramente estaba muy cansada, que tenía que descansar.
- No tengo que descansar, lo que vi es real, te lo juro. Te lo juro por Dios.
- No jures en vano pequeña, tienes que dormir.
- De verdad, no tengo sueño, quiero que me escuches!
- Estas creyendo cosas que no pasan de verdad!!!, ahora suéltame!. Dijo Bárbara lanzando a Carla a otro lado de la sala, dejando a Carla estupefacta.
- ¿por qué lo hiciste? Bárbara, óyeme, por favor.
- Cállate!!! Tu no has visto nada. Todo eso es mentira!
- Tu también estas tan asustada como yo ¿verdad?
- No estoy asustada mujer, ahora déjame en paz.
- No te dejare en paz hasta que me digas que es lo que vienes a hacer aquí.
- El ser humano ve lo que quiere ver, mas no ve lo que en verdad sucede, eso yo ya lo supere, tu también deberías hacerlo. Únete a mi y descubre las verdades que oculta el mundo, no has pensado que es hora de morir, que sólo así sabrás todo lo inexplicable? Únete a mi y vivirás todas las verdades, sabrás el porque de todo y la vida tomará otro significado para ti. Mientras Bárbara decía esto sus ojos enrojecían como si en ellos hubiera fuego y tomaba a Carla por el brazo.
- Dejame!!!! No sabes lo que haces, Suéltame Barbie. No me recuerdas? Soy tu mejor amiga, soy Carla!
- Si en verdad eres mi amiga unete a mi!!!
- Suéltame!!! Dijo Carla, mientras salía corriendo con las llaves del auto.
Se subió al carro y arrancó, dejando a Bárbara muy atrás hasta que sus ojos no la divisaron más. Estaba pálida del susto, y podía ver como su sangre corría por las venas. De pronto el coagulo de sangre que se formo en la herida de cuando estaba pelando las papas, se abrió, formando grumos y grumos de esa sustancia viscosa que antes había visto en su lavamanos. La mezcla se la iba comiendo, mientras, ella se sentía muy sola, todo se silenció y Carla de pronto ve por el espejo retrovisor, la figura de Bárbara estaba atrás, ¡te arrepentirás! Le repetía una y mil veces, mientras Carla trataba de ocultar el terror que invadía su cuerpo.
- Te arrepentirás de no haberte unido a mi!
Mientras que a Carla se la comía viva esa mezcla viscosa ella se dio cuenta de que nunca debió haber dejado pasar a Bárbara.
- Nunca debí confiar en ti. Ahora dejaré como enseñanza que uno nunca debe confiar, ni siquiera en su mejor amigo.
Carla murió a la una de la mañana, Bárbara ya había muerto mucho antes, a las doce del otro día. Al día siguiente lo único que quedo de carla fue una mezcla viscosa, que tal vez algún día tome venganza y de una vez por todas acabe con el espíritu de Bárbara, dándole fin a su pesadilla.
FIN