Hace mucho tiempo, habitaban unos traviesos animales en el bosque, ellos eran un ratón, un conejo y otro de los traviesos era el tejón, además de un feo y feróz león.
Un día el ratón dijo: –Chicos ya verán que bien la pasaremos. El tejón respondió: –Claro que sí, siempre y cuando encontremos un bobo a quien molestar. Al dar unos pasos el ratón vio y observó un temible león, al verlo muy bien llamó a sus amigos y ellos asustados le preguntaron: ¿pero chico por qué gritas tan fuerte? Vean hacia allá. Dijo el ratón. _Que grande y fuerte león, aprisa agarren sus flechas. Dijo el conejo. _A la cuenta de 3 disparan sus flechas.
Todos lo hicieron al mismo tiempo y dieron justo en el blanco. Pero el león al despertarse muy enfurecido y sin pensarlo, saltó sobre ellos.
Sus amigos muy asustados corrieron tan rápido que no se dieron cuenta que no iba el ratón, al detenerse muy asustados y agitados preguntaron entre sí: _ ¿El ratón? Pero no puede ser, lo ha agarrado. Sus amigos se regresaron y vieron al ratón en manos del león y se pusieron a temblar de miedo.
El león muy contento dijo: _Ahora ya lo tengo en mis manos y puedo hacer lo que quiera con él. Sus amigos muy asustados le pidieron que lo dejara ir y ellos iban hacer lo que el león les ordenara; y sin que él les ordenara se hincaron y le pidieron de rodillas casi llorando que por favor lo soltara, el león muy confundido no les contestó. Pero el león que tenía un corazón de oro lo dejó ir. Cuando avanzaron y ya iban un poco retirados, el ratón escuchó unos ruidos.
Sus amigos el conejo y el tejón, le dijeron que no era nada, el ratón no les hizo caso, se regresó y se llevó por sorpresa que era el león había caído en una de las trampas de los cazadores. El león muy asustado le pidió de favor al ratón que lo sacara de ahí, entonces se trepó al árbol, y con sus potentes dientes comenzó a cortar la rama para que por ahí saliera el león..
Sus amigos empezaron a gritar para que se apurara porque si no vendría el cazador y los mataría a todos. Cuando ya faltaba poco, apareció el cazador y aprisa comenzó a cortar, caminó rápido y comenzó a disparar.
El león saltó de la trampa junto con el ratón y corrieron todos. El ratón, el león y sus amigos se llevaron un gran susto.
Al darse cuenta que ya no venía el cazador se detuvieron.
El cazador muy enfurecido se sentó a esperar, se dio la noche y el cazador se quedó completamente dormido. Al día siguiente se llevó otro enfurecimiento por que ya no había ninguna de las trampas que había colocado.
Los amigos del ratón se marcharon a sus casas, pero el ratón no se quedó solo, si no con su amigo que era muy fuerte y feróz: el león.
El cazador se regresó al lugar donde pertenecía y nunca más se supo de él y todos los animales quedaron muy tranquilos porque sabían que nunca regresaría ni les harían daño como matarlos o algo similar a eso.
El ratón no volvió a saber nada de sus amigos, ¡pero siempre los recordaba con mucho cariño!
FIN
Autora: MAYRA GPE. EVANGELISTA HDZ. 12 años
IGUALA,GRO.
MÉXICO.