Había una vez un muchacho llamado Héctor. Él había llegado a una escuela nueva. Su amigo Sergio estudiaba en esa escuela. Sergio tenía novia, a Héctor le gustaba una muchacha llamada María. A María le gustaban los muchachos delgados, pero Héctor era un muchacho gordito. Un día Sergio que era amigo de ella le dijo a Héctor -Llámala y conócela bién- Héctor dijo: - Pero a mi me dijeron que a ella le gustan los muchachos delgados-. Sergio le dijo:-¡Que importa!.
Héctor llamó a María, y le contestó el teléfono su otro amigo llamado Marcos. Marcos dijo: ¡Hola quién es!. Hector preguntó:-¿Marcos que haces en casa de María?, Entonces Marcos dijo:-¡Soy el hermano!, Héctor sorprendido comentó- ¡No lo sabia!, ¿Ella está ahí?. ¡ Si te la paso ahora! contestó Marcos. María cogió el teléfono y preguntó -¿ Si quién es ?, ¡Soy Héctor!, ¡Aaaaaaah! ¿Aquél que no hace nada más que comer! -¡Por eso estás gordo y feo!. -¡Podré ser gordo y feo pero tengo buen corazón!. ¡Siiiiii, claaaaaaaro! comentó María burlonamente.
Héctor abochornado colgó y se puso triste. Sergio preguntó -¿Qué pasó?. Ella creé que soy gordo y feo. ¡No estés triste por esa muchacha!, ¡Fíjate que hay muchas más!. Entónces Héctor dijo:-¡No es la primera vez que me pasa!. Al otro día , Héctor se sentó solo y triste, una muchacha se le acercó; Preguntándole: ¿Hola cómo te llamas? ¡Héctor es mi nombre!, ¡Yo soy Rosa! ¿Por qué estás triste?, y Héctor le contó lo sucedido con María. Cuando sonó el timbre Rosa le dijo:-¡Me gustas mucho, pero no por el físico, sino por tu manera de ser. Héctor aprendió que no importa lo de afuera, sino lo de adentro, o sea el alma.
Fin