¿Y QUÉ ES EL AMOR?

Él reía y yo podía ver sus dientes perfectos de marfil.
Él soñaba y yo me perdía en sus ojos cerrados.
Él simplemente era él, y yo un mundo aparte.

Él mueve mi mundo,
mi mundo gira en torno a él,
exasperante sufrimiento del que no quiero prescindir,
tortuosa manera de ser, ... de sentir, ... de amar.

Le observaba mientras dormía perdida entre mis pensamientos,
soñando despierta sin querer con sus carnosos labios y con quien los estaría besando,
revueltos sentimientos que me atormentaban cada noche que no estaba mi lado,
buscando una respuesta a mis triviales preguntas,
obnubilada con su sólo ser,
perdida en un amasijo de sensaciones.

Besarle hubiese sido besar el cielo,
un cielo amargo y dulce que mataba lentamente mientras te miraba con esos ojos sin fin, profundos ojos que te llevaban al borde de la desesperación y te hacían volver a vivir.

Silueta sinuosa que se perdía en la inmensidad de la noche,
difuminando el resto del mundo para mi,
constante parpadeo de sus largas pestañas invitándome a seguirle mientras caminada dejando mover sus caderas de un lado a otro mientras me hipnotizada con su sonrisa,
sonrisa que me acariciaba como la brisa del mar,
sonrisa que me tiene varada.

Mi obsesión, hilarante supina estupidez que recorría mis venas cuando me miraba.

Mi inseguridad, el dolor de ver, de dejarle marchar, de dejar de sentir.

Y si todo esto que siento es amor ¿qué hago?

Y si amar de esta manera me hace sufrir,
si quererle es un pecado,
si estar a su lado está prohibido,
no me importa haber vivido sólo para haberle amado.

Y si el sol vuelve a ponerse tras el horizonte y la luna vuelve a salir,
después de un día más,
sabré que todo lo que he hecho,
lo he hecho sólo por ti.