En un bosque vivía un leñador y su mujer, el leñador ,se dedicaba, a cortar árboles podridos o viejos para venderlos en la ciudad y así mantener a su mujer y a sus hijos
El leñador siempre en la mañana se iba hacer su labor y regresaba a la tardecer, también ayuda a sus hijos, hacer su tarea y enseñarles como era el campo.
Una mañana el leñador como todas, se fue a hacer su labor, pero no encontraba árboles viejos buscó, buscó y buscó pero no encontraba, ya estaba muy cansado de tanto caminar que se sentó a medio camino, cuan do de pronto que ve al lado y estaba un árbol viejo que se para y se va a cortar el árbol de pronto que oye una voz., que dijo: – te lo pido de favor no cortes ese árbol, no tienes derecho a hacerlo – el leñador muy asustado contesta a la voz- ya se que no tengo derecho hacerlo pero de eso mantengo a mi familia, al descubrir que el que hablaba era un duende se sentaron a platicar.
Poco rato después el duende y el leñador llegaron a un acuerdo- esta bien no cortare ese árbol dijo el leñador. – muchas gracias por no cortar el árbol y dejarme sin vivienda – tu eres un hombre bueno no eres malo, por no cortar el árbol te cumplo tres deseos a ti y a tu mujer.
El hombre le fue a contar a su mujer la buena noticia, la mujer de tan contenta olvida hacer la comida y el leñador y el duende llegaron a la casa y se sientan en la mesa el leñador exclama diciendo – quisiera que un enorme pastel de chocolate aparezca en la mesa y el pastel aparece, la mujer enojada exclama diciendo ojalá que el pastel se te pegue en la cara., por hambriento y el pastel se le pega en la cara, poco después el leñador dice- que el pastel se me despegue y el pastel se le despegó .
El duende cumpliendo con su palabra se despide y nuevamente le da las gracias por no haber cortado el árbol y se va, el leñador y su mujer se quedan comiendo el pastel que es lo único que obtuvieron.
IGUALA, GUERRERO
MEXICO