Pese a la pobreza filósofica de Aristóteles, aprendí algo sobre el firmamento aquella anciaga madrugada. Las estrellas pueden que no estén clavadas en el cielo, la de mi destino, sí. Mala estrella, la mía, por cierto.


-¡Despejen!

¿Qué hacer ante una trupe de tíos armados, y mal encarado?

-¡Yo que vosotros, además echando leches, pedazos de idiotas! -recuerdo que apremiaba Cervantes.

Cervantes por derecho propio. Por más que les pese a sus padres herederos del insigne escritor (ellos así lo afirman). Ellos, sus padres, quisieron hacer del muchacho un maestro en el oficio de las letras y se encontraron, para su desgracia, con un desquiciado del alfabeto. Católico, Cervantes, hasta el fundamentalismo, chocaba de costado travez y por frente con un grupo donde la ataraxia era la fe reinante. Cosas de la vida, eso precisamente nos atrajo de él, y sus pensamientos magnanimos de la clase media alta.
Los progenitores de Cervantito, decidieron poner coto a las locuras de su retoño. No estaban dispuesto a permitirle la amistad y el disfrute de una cuadras en ruinas, como punto de solar y entretenimiento de grupos de marginados (ellos los padres de Cervantes así nos habían catalogádo)y en verdad eso "representábamos" ser. Nos denunciaron la policia local, que nos odian sin tapujos; recorren por nuestra culpa la calle de la amargura un día sí y el otro también, y ellos a nosotros nos invitan a subir cada dos por tres el Monte del Calvario..., entre comisarias y visitas al señor Juez.

Quiero hacer constar en nuestro descargo: Primero; adornabamos y enjoyamos las casas abandonadas y medio derruidas, respetando la intimidad recatada de sus ancestros. Segundo; que estamos siempre dispuestos a dejar el edificio cuando los propietarios deciden usar de sus bienes, si es que los hay en muchos de los casos están ocupando parcela en Can Torrellas, eso sí muy legalmente, como corresponde al señorío de grandes tumbas, donde ni llegan los coches fúnebres, y menos los espirítu alocado de los obreros, esas mismas ánimas que engrosaron sus bolsillos. Y esto lo sé a ciencia cierta, porque me he liberado del temor a la muerte, pero, no del la filosofía del okupa, que consiste en la contemplación de lo bello sin límites, y señores somos de las cosas bellas donde las imájenes sobre el ojo humano, nadie ni nada, puede separar de la no materia...,y la paz eterna, descansado sin el temor de ser desahuciados por un heredero avaro...

Aquella madrugada decidí ser el empresario de mi vida. No corrí de los tío armados hasta las sobaqueras. Y aquí me encuentro divagando entre las ideas provechosas de los ideólogos burgueses y la ética de los idealistas okupas, desligado total y para siempre del todo..., de la palabra mal intecionada llamada "masa"

-No está mal, el lugar -comenta, Cervantes que decidio hacer frente a los geos con una pistola de agua, mientras forzamos un cerradura de latón herrumbroso.
-No un poco añoso y humedo. Diría yo. Las enredaderas crecen alocadas, con cien años de vida o más, y el chirriar de las fallebas es de... muerte -sorio.