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Iracumbio, un pueblo Olvidado

Es muy posible que nadie lo haya conocido, sólo sus dos habitantes, que por cierto ya no viven en ese misterioso pueblo llamado Iracumbio. Todo comenzó hace más de un siglo cuándo una pareja de recién casados en su viaje de luna de miel, tuvieron un trágico accidente aéreo donde sólo ellos dos: Lourdes y Gabriel fueron los únicos sobrevivientes. Gabriel en cierta ocasión le comentó a su esposa: “Es cierto que deseaba que nos dejaran solos, pero nunca imaginé que fuera de esta manera!” ... Esa madrugada cuándo el avión cayó todo era confusión, ya al amanecer la pareja de recién casados pudieron descubrir que estaban solos, completamente solos en un sitio que no conocían y que no era precisamente el lugar donde tenían reservado pasar su primera noche juntos.

Al comenzar a explorar el lugar, Lourdes encontró un pedazo de madera con una leyenda escrita en letras negras: IRACUMBIO. Nunca supieron el verdadero origen de aquella palabra, pensaron que tal vez hubiera sido un pedazo de alguna embarcación que por accidente hubiese visitado aquel lugar. A veces pensaban que era el nombre de alguna taberna, existida cuando el pueblo era habitado, y que al ser abandonado haya quedado sembrada para siempre en la tierra. También pensaron que podría ser una palabra aborigen que habían dejado en señal de despedida sus antiguos moradores. Todo eran especulaciones, por eso lo más razonable ante tanta incertidumbre, era bautizar aquel lugar con el nombre de Iracumbio, y efectivamente así lo hicieron.

Gabriel se sentía importante al saberse fundador de un pueble que tal vez algún día se convertiría en una metrópolis, y aparecería él y su esposa como primeros habitantes de aquel pueblo que nadie conocía.

Resultó que Iracumbio, era tan misterioso como su propio nombre. Era un lugar inhóspito, que poco a poco fue venciendo las ilusiones y esperanzas de permanecer allí, que abrigó desde el principio la joven pareja.
Así podemos decir que los días eran demasiados fríos, que hasta congelaba el pequeño y único río que existía, y las noches eran tan calurosas que era imposible dormir escuchando el borboteo de las aguas del mismo río cuando hervían por las altas temperaturas.
A veces amanecían los árboles reverdecidos, completamente cubiertos de flores, para ya en la tarde, quedarse con solo las ramas secas como si doce horas representaran el tiempo de una estación a otra.
Situaciones como éstas hacía imposible vivir en Iracumbio. Por esa razón Lourdes y Gabriel olvidando cualquier sueño de grandeza decidieron abandonar aquel pueblo donde el avión que los transportaba en su luna de miel hiciera una forzosa escala, que cambiaría para siempre sus vidas y sus sueños.
Datos del Cuento
  • Categoría: Tradicionales
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