Paseábanse la Anselma y la Roberta por el jardín, y hablándose iban de esta manera:
Pues yo, no sé qué decirte, Roberta, lo veo como un poco aventurado. Piensa que ahora les parece todo color de rosa, pero el dia de mañana se encontrarán con malos rollos.
Que si ella le engaña con uno más joven, que si él está impotente, que si tal y que si cual...
La Roberta no estaba en absoluto de acuerdo. Oye, Anselma, le decía, si se quieren ya no hay nada más que hablar. La diferencia de edad no es lo más importante en las parejas. Ella parece contenta con él y él no digamos.
Cielo santo!, replicaba Anselma, es que se llevan 42 años, !42 años!. Mi abuelo Arturo le sacaba 25 a mi abuela y yo ya lo veía una exageración. Acabarán malamente, ya te lo digo ahora, y si no, al tiempo.
Estás llena de prejucios, decía Roberta. Los tiempos cambian y sólo se vive una vez. Que aprovechen el momento y más adelante que sea lo que dios quiera.
Mi madre, por ejemplo, era un caso contrario. Mi madre era 12 años mayor que mi padre y vivieron felices hasta el final. No te digo yo que sin problemas, pero igual que todas las parejas de todas las edades.
Ay, ay,ay, pues a mi me preocupa que la Enriqueta se haya liado con ese vejestorio. Piensa que somos como hermanas, que nos hemos criado juntas, que nos queremos mucho....Sollozaba la Anselma... Madre mia!, Roberta, que son 42 años, !42 años! ay, ay,ay pobre Enriqueta. Que cuando ella tenga 80, él tendrá... !122!...
ESTE PASAJE FUE RECOGIDO POR UNOS MICRÓFONOS OCULTOS EN EL CENTRO DE ESTUDIO Y RECUPERACIÓN DE GALÁPAGOS DE OCEANÍA.