Atendiendo la solicitud de una amable lectora, escribí este cuento para dar un final felíz a "Los collares de Eugenía" el cual publiqué hace algunos meses atrás.
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Eugenia entró a su casa después de haberse bañado en el aguacero, se dirigió al baño y se metió bajo la ducha mientras contemplaba como el collar fabricado por ella con gotas de lluvia, se incrustaba en su vida y se convertía en un rosario de lágrimas que la acompañaría eternamente, para aflorar en sus horas de tristezas y también en sus horas de alegría.
Una vez bañada, Eugenia fue a su habitación, se vistió con ropa cómoda, comió unas galletas de avena con leche caliente y se apostó en la ventana que da a la calle a contemplar como sus amigos continuaban bañándose en el aguacero, y se imagino un inmenso collar de amigos que con sus manos entrelazadas adornaban su vida con la hermosa y brillante medalla de la amistad..
Así fue pasando el tiempo, y Eugenia poco a poco fue dejando de fabricar collares, a medida que crecía y se hacía una señorita, iba perdiendo el interés por aquella colección de collares que tanto la entretenían y divertían en sus años de infancia. Sin embargo aquellos años dedicados a la minuciosa elaboración de collares habían dejado en ella una pasmosa habilidad para manejar sus dedos, que podía realizar cualquier trabajo manual, por más difícil que fuera, si requerían el uso de sus manos; aprendió la técnica de la solidaridad y la unión, siempre trabajando con cualidades y afinidades.
Tantos collares guardados en su habitación era muestra de una vida construida con cada elemento que la vida le ofrecía, y que Eugenia magistralmente había aprendido a conjugar.
El tiempo siguió su curso y Eugenio creció, dejando sus años de niña, poblados de collares y recuerdos, lo cual le permitió ir guardando en su alma una interminable cadena de sueños y esperanzas como el más preciado collar que adornaba y enaltecía su brillante existencia.
Fué un final hermoso... lleno de amor y agradecimiento a la vida misma... Quiero felicitarte por tu forma de pensar... de sentir... y sobre todo de transmitir tus valores. Gracias por haberme tenido en cuenta... QUE DIOS TE LLENE DE BENDICIONES...