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Categoría: Hechos Reales

Secretos de familia

A mi madre no se le permitía mucho conversar con las sirvientas, pero ella escuchaba sus charlas y chismes. Criticaban a su ama porque decían que se empinaba el anís y después se iba dormir la mona. Decían que ella era mala, que habían tenido una criada que les robaba el dulce de leche que Doña Petrona hacía. Cierta vez estaba haciendo el dulce, vino la criada y le robó un poquito, así no más, calientito y soplándolo. Entonces ella se enojó, agarró una cuchara con dulce hirviendo y se la metió en la boca quemándole la garganta. Casi la meten presa, pero como era de alcurnia. todo quedó en la nada.
También contaban historias de la casa, de sus antiguos habitantes. Historias que se contaban de boca en boca, de sirviente a sirviente y que cada uno iba agregando a su modo o imaginación nuevos detalles.
La casona, con la de al lado, era toda una sola. En la otra parte estaban las caballerizas. Los dueños se la vendieron a un panadero. Entonces parte de la casa se transformó en una panadería donde trabajaba mucha gente. Aún hoy, en la parte que estuvo el horno de la cocina de la panadería, las baldosas están quemadas. Fue la única habitación que se remodeló variadas veces. Se transformó en escritorio, fue dormitorio de mis padres, y muchos años después que mi madre heredara la casa, el de mi hermano. Al nacer mis hijos, fue el mío.
Aquel panadero tenía muchos empleados y trabajaban muy bien, pero era un gran jugador, hipotecó la casa y volvió a manos de su primer dueño quien a su vez la vendió a Petrona.
Una vez doña Eufemia, la vieja lavandera, le contó a mi mamá que en la época en que funcionaba la panadería, su madre trabajaba allí. Que una vez hubo una gran pelea entre los obreros y uno de ellos desapareció. Se comentaba que lo habían matado y tirado al pozo ciego de la casa, ubicado donde después fue la cigarrería. Pero no dejaba de ser más que una historia.
Cuando fuimos a vivir a la casona, el pozo ciego ya no existía, había sido rellenado y cubierto con cemento.
La antigua cigarrería fue remodelada y se transformó en nuestro departamento. Pero mamá no quiso ocupar la habitación donde había estado el pozo, se convirtió en depósito de muebles en desuso. Años después, se vendió esa parte.
-Si es cierto que en el antiguo pozo ciego había enterrado un muerto- dijo mi madre- cuando construyan allí una nueva casa se va a saber la verdad.
Se construyó una nueva casa, pero nada se supo del supuesto muerto.
Pasó el tiempo.
Al llegar la época de las fiestas, todos volvíamos a reunirnos en la vieja casona donde nuestros padres nos esperaban. Era toda una fiesta: risas, cuentos, grandes comilonas y prolongadas sobre mesas llenaban la casa.
Cierta vez, en una de esas noches largas de verano, en que el calor nos quitaba el sueño, con mis hermanos y cuñados, se nos ocurrió entretenernos con el “juego de la copa”. Nos reunimos en la habitación que fue panadería, comedor, escritorio, dormitorio. Sobre un inmenso espejo distribuimos las letras en círculos y cerrando los ojos convocamos a los espíritus. Yo estaba demasiado concentrada, la cerveza helada me había motivado y me sentí médium. La copa comenzó a deslizarse.
-Espíritu, si estas aquí, dinos cómo es tu nombre- la copa buscó las letras y pudimos armar una palabra: Rogelio.
El entusiasmo y la emoción invadieron nuestros sentidos. Cada pregunta era respondida deslizándose la copa de un lado a otro marcando las palabras. Nuestros corazones palpitaban. De pronto, un enorme estruendo en el techo nos hizo gritar, la copa cayó y se hizo trizas, el espejo se partió, y todos salimos corriendo muertos de susto. Después fueron risas, bromas y chascos. Dos gatos se hacían el amor sobre el techo del dormitorio.
Algo extraordinario pasó después. Cada respuesta de la copa se cumplió.
¿Qué ocurrió aquella noche de bochornoso calor? ¿Fue Rogelio un espíritu? ¿Cómo se hicieron realidad las respuestas de la copa? Nosotros éramos muy incrédulos en cuanto a los sucesos sensoriales, y definimos que aquella noche, la abundante cerveza que calmaba nuestra sed, nos motivó a provocar respuestas que profundamente deseábamos y que se cumplieron por esas cosas del destino.
¡Oh destino! ¡Oh espíritu real! ¿Quién pudo ser Rogelio?
Hace algunos años, ya fallecidos mi madre y mi hermano, la extraña habitación se convirtió en dormitorio de mi sobrino. Después de una época de lluvias torrenciales, parte del piso se hundió. Mi cuñado tuvo que sacar los viejos mosaicos y encontró que debajo había un enorme hueco con paredes de ladrillos. Comenzó a cavar motivado por la curiosidad. Descubrió un antiguo sótano, trozos de viejas vajillas, vasos hechos de cristal de roca, algunos cubiertos y. ¡Ho sorpresa! Un esqueleto amarillento pudo verse claramente en el fondo del sótano; el cráneo roto, y a su costado, un antiguo porrón de cerámica, de aquellos en que se envasaba el agua ardiente.
Guardaron algunos antiguos restos de vajilla, taparon con escombros el viejo sótano, arreglaron nuevamente el piso y allá abajo quedó en su eterno sueño el misterioso esqueleto.
¿Sería aquel muerto Rogelio?
¿Fue su espíritu el que aquella noche de verano ascendió hasta nosotros para movernos la copa y responder nuestras invocaciones?
Es nuestra gran incógnita y el gran secreto de la familia.
Estela Fodéré
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.31
  • Votos: 185
  • Envios: 5
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
Carlos
invitado-Carlos 16-05-2008 00:00:00

Al leer su cuento, que al principio me pareció solo la descripción de épocas pasadas en una casa.Pero al continuar, la intriga me mantuvo alerta. Usted lo califica como un hecho real, ese juego con la copa invocando espíritus, me pareció algo fantástico, pero es precisamente ello lo que me llvóa proseguir lalectura quedándome impresionado por el descenlace final. Hecho real o fantástico, su forma de escribir, incita al lector a proseguir la lectura. ¡Impactante! Felicitaciones señora. Ha sido un placer lerle. He leído otros cuentos suyos y mucho me han gustado. Saludos

Julia
invitado-Julia 11-09-2007 00:00:00

Su relato me ha impresionado.Si es un hecho real, conmueve y lleva a pensar cuántos secretos e esa magnitud, permanecen escondidos.Pero su forma de relatarlo, lo hace más impresionante. la felicito por sus relatos y estoy a la espectativa, cuando publica alguno.Es mi autora favorita.

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