Puede parecer que todo va mal o que todo va bien. Pero realmente, todo va al revés. Has conseguido reconstruir todo lo que destrozaste y ahora reinas de nuevo en tu mundo. El combate fue duro y yo fui la única víctima. Fui asesinada mientras ondeaba la bandera blanca. Tuviste tanto miedo de mí, que preferiste aniquilarme antes de que te dijera que eras libre. Pensaste que yo también querría cazarte y colgar tu cabeza en mi museo, junto a los otros cadáveres y fantasmas. Pero yo no necesitaba un trofeo que colgar de la pared. Solo necesitaba agua para limpiar mis heridas. Solo necesitaba descansar y volver a creer. Quizás la culpa fuese mía. El hecho es que la final, caímos los dos. Como soldados fulminados, al suelo. Fui torturada, aislada en un calabozo de aire, inmovilizada entre cadenas de silencio. Mas de nada sirvió el sacrificio. Tú me sonreías y me dibujabas un paraíso mientras el infierno hervía en tu cerebro. No creo en tus estigmas. Falsificaste una noche de estrellas y me la ofreciste como real. Pero la culpa fue sólo mía. Puede que el cielo solo sea el nombre de algún bar, con música para bailar y sillones de terciopelo. Quizás vaya allí alguna noche para buscarte. Y puede que, por tercera vez, te encuentre, pero sabes que nada ocurre porque sí. El surrealismo era una mentira. Todo tiene una explicación. Quemar un parque o matar a un hippie. Todo encaja. Copia cien veces mi nombre al revés y podrás salir al recreo. La penitencia es lo de menos. El problema es que el día es azul, y el azul significa tristeza, y tu solo sabes reír. No lo comprendes, verdad? Está tan claro que nadie lo entiende. La vida es una cuenta atrás pero no sabemos si el cero está muy lejos. Mi alma no es ya una aurora boreal; solo es un agujero negro que engulle todo lo que flota a su alrededor. Nada queda. Solo hay sobras. Creo que construiré un mundo de chocolate y caramelo, para pasar un año entero sin parar de reír. Sabías que mi corazón es un tetrabrik que late convulsivamente, por inercia? El combate fue devastador. Quede tan baja de defensas que mi cuerpo se convirtió en un fotograma oxidado, perdido en las húmedas mazmorras de la melancolía, en las olvidadas catacumbas de algún corazón puro. Desde la ventana de mi celda podía ver la luna entre las tinieblas, drenándome lentamente la sangre. Fui un corazón deshidratado y acribillado por balas de sol. Fui, por una semana, todo el cosmos. Fui un mundo al revés.
Historia que un día leí, correspondiendose a lo que mi vida se había convertido, un mundo al revés.