Cuando el limpido cielo azul se cambia en grises nubes y la húmedad de la lluvia de invierno lava las calles de la ciudad, la calma de una tarde en soledad invita a la reflexión y al recuento de las emociones.
El mio es un sentimiento plasmado de una ilusión cegadora que se durmió tiempo atrás y que despierta solo con tu regreso y tu presencia. En la vigilia de ese sueño ronda un hombre travieso que se apoderó de mi iluso sentir.
Mi caligrafía se inquieta y el verbo desborda mi pasión. Hermoso hombre de mis sueños recurrentes, la confesión de mi amor creo que no bastó para convencerte de lo mucho que significas para mí...
Pero el tiempo intrigante que rige nuestros destinos me permite seguir escribiendote estas frases llenas de mí, casi con mi sangre pues eres tú quien la bombea en cada latido, en cada respiro... cuando te aproximas.
Evocando aquellas tardes pasadas perdidas ya en la eternidad de los meses, hasta tu aroma vuelve a mí no me he olvidado de tí ¡ no! ¡nunca! pues todo lo que tú representas se transforma en realidad cuando en mi paseo imaginario me acompañas una noche y otra y otra más... y así dentro de mi verdad de tiempo en tiempo te asomas con la misma fuerza con que se avecina un temporal...
Este es el invierno que llevo conmigo, de grises nuves, tardes tristes, recuerdos llenos de felicidad que me hacen llenar de nostalgía y así recordadndo tu amor, termino estas líneas.
La distancia jamás será suficiente como para olvidar todo esto nace desde mi interior.
Dedicada a Jorge Espinoza
Este cuento más bien tendría que estar en la sección de poesías, pero bueno, me gusta mucho es un cuento al amor y lo utiliza como peón para conseguir algo.