Cinco minutos de amor verdadero


Cinco minutos de amor o cien años sentir nada.
¿cuál de estas dos opciones? Esa es la encrucijada.
Las manos de cuanto hombre su belleza reivindica
O este feo luchador que por tu amor ,no abdica.

Lucho con lucha feroz, hasta el final de los tiempos.
Lucho sin armadura, con mi pecho descubierto
Lucho buscándote a vos, grito tu nombre a oscuras
Y hablo de tus virtudes y de tu bella estatura.

Digo que muero de amor, por unos cinco minutos,
Y hasta te ofrezco mi vida, prometo hasta ser eunuco,
Si puedo conquistar un beso, de tu boca verdadero
sentir que tu corazón, provoca mil desenfrenos.

Mirar de frente al sol, aunque me duelan los ojos,
Como los sabios platónicos, descubrieron a su entorno,
Para descubrir la magia que rodea tu figura
adorando tu elegancia, fragancia de piel desnuda.

Quiero ser tu gladiador, el único, no el preferido,
Quiero pelear la batalla más difícil que he tenido.
Conquistar tu corazón, saber que late conmigo
desmayarnos de placer en un abrazo fornido.

Vivir porque vos vivís, respirar el mismo aliento
Subsumirme en la locura de tu voz, que adorna el viento
Ojos de fuego, candor, que derrite hasta los soles
Animémonos a amarnos, enterremos los temores.

Que si algo me prometí, el día de nuestro encuentro,
es pelar por nuestro amor, hacer un himno con ello.
Prefiero morir de amor, y sepultarme en tus ojos,
que pasar la vida entera, sufriendo porque haya otro.

Acepto morir de amor, por estos cinco minutos,
Sintiendo que eres tan mía, sintiéndome solo tuyo
Y que respire tu alma y que susurre secretos
Y que endulze a la mía con promesas que hacemos.

Que quizá no cumpliremos, por temor, por cobardía,
Pero te juro mi amor, ¡cuanto me gustaría!,
Despertarme junto a vos, que en tu vientre haya vida,
Y que al pronunciar tu nombre, este nombrando a mi hija.

Ojos de fuego, candor, que derrite hasta los soles
Animémonos a amarnos, enterremos los temores.